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FUNERALES POR EL PAPA

Blázquez dice que el Papa nos enseñó que el enemigo de los totalitarismos es la conciencia

Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal, dijo este lunes que Juan Pablo II "aprendió y nos enseñó que el gran enemigo de los totalitarismos es la conciencia, en que resuena la voz de Dios". Blázquez ofició en la catedral de Santiago de Bilbao una misa funeral por el fallecido Papa que fue concelebrada por varias decenas de sacerdotes.

L D (EFE) Quince minutos antes del inicio de la ceremonia, el templo se encontraba abarrotado de fieles. Varios cientos de personas más siguieron la eucaristía desde el claustro y el pórtico abovedado adyacente, lugares en los que se instalaron pantallas gigante de televisión en las que se pudo ver y escuchar la ceremonia por circuito cerrado. Dos amplificadores situados a la entrada de la iglesia permitieron seguir la misa a quienes no tuvieron acceso a los espacios acotados, que comenzaron a recibir gente hora y media antes de la hora prevista para el funeral.

Entre los asistentes se encontraban representantes institucionales y políticos como el Diputado General de Vizcaya, José Luis Bilbao; el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna; la presidenta del PP del País Vasco, María San Gil; o el secretario general del PSE-EE de Vizcaya, José Antonio Pastor. Acudieron igualmente la presidenta de las Juntas Generales de Vizcaya, Ana Madariaga; el presidente de Eudel-Asociación de Municipios Vascos, Karmelo Sáinz de la Maza; y varios representantes del cuerpo consular acreditado en Bilbao.

En la homilía, monseñor Blázquez destacó que Juan Pablo II, desde su "hondura de fe" y con "la experiencia terrible del nazismo y del comunismo", defendió "con auténtico celo profético la dignidad del hombre y sus derechos inalienables". Según subrayó, se comprometió sin reservas "en las grandes causas de la humanidad, como "la vida desde el seno materno hasta el ocaso natural, la paz en todos los rincones del mundo, la justicia y la solidaridad en favor de los pobres y desvalidos, la defensa de los humillados o la libertad frente a todas las formas de opresión".

También hizo hincapié en la defensa que hizo el pontífice de "la fuerza curativa del perdón reconociendo públicamente los pecados de los cristianos". Con su muerte, añadió Blázquez, Karol Wojtila "pasó de la existencia envejecida, gastada y doliente a la vida eterna, inmortal y feliz". "Juan Pablo II vivió pendiente de los designios de Dios, que lo eligió como pastor de la Iglesia, que le salvó providencialmente la vida el 13 de mayo de 1981 (día en el que sufrió un atentado) y le prolongó la existencia hasta el día 2 de abril del 2005. Siempre estuvo a disposición de Dios y abierto a los signos de su voluntad", aseveró.

El presidente de la Conferencia Episcopal recalcó que el fallecido Papa "fue hombre de grandes y numerosas iniciativas" y, si "las convocatorias (a las que acudió) desbordaron las expectativas más generosas", la convocatoria "que ha suscitado su muerte ha sido una sorpresa mayor, un acontecimiento sin precedentes". "Los jóvenes hallaron en él un padre, un amigo, un guía espiritual y un admirable ejemplo moral. El los buscó y ellos acudieron a sus citas; siempre se produjo una empatía profunda", manifestó. Blázquez concluyó su homilía "invitando a todos a orar para que los cardenales descubran en el cónclave a quien el Señor ha elegido" para suceder a Juan Pablo II.

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