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China y la oposición taiwanesa acuerdan “avanzar hacia el fin formal de la hostilidad”

Los máximos líderes del Partido Comunista Chino (PCCh) y del Kuomintang (KMT) taiwanés, formaciones enfrentadas durante décadas, acordaron este viernes en una histórica reunión su oposición a la independencia de Taiwán y "avanzar hacia el fin formal de la hostilidad". El comunicado conjunto posterior a la reunión destacó que ambas partes lograron un consenso en cuestiones como "la recuperación del diálogo a ambos lados del estrecho" o "la firma de un acuerdo de paz".

L D (EFE) Hu Jintao, secretario general del PCCh y jefe del Estado chino, recibió este viernes en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín al presidente del KMT, Lien Chan, en la primera entrevista de líderes de ambas formaciones en 60 años, y ambos coincidieron en que esta cita abre "un nuevo capítulo" en las turbulentas relaciones chino-taiwanesas.
 
La rúbrica de un tratado entre Hu y Lien que pusiera fin legal a la guerra civil (1946-49) era algo con lo que se había conjeturado en la prensa, y aunque hoy no hubo exactamente un armisticio ambas partes señalaron que están preparadas para esa histórica firma. Hu y Lien también acordaron discutir en el futuro la participación de Taiwán en "actividades internacionales" frente a la situación actual, en la que China trata de aislar la proyección exterior de la isla y no admite su ingreso en organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ambos dirigentes también citaron la necesidad de construir un mecanismo para conseguir "una confianza mutua en lo militar". Hasta ahora, los ejércitos chino y taiwanés se ven como enemigos y están enzarzados en una carrera armamentista por intentar superarse en fuerza y tecnología, ante la eventualidad de una futura invasión china de la isla de Taiwán. Los dos líderes políticos coincidieron en la necesidad de adherirse a los consensos alcanzados en 1992, que marcó el mejor momento en las relaciones entre China y Taiwán.

Todas estas declaraciones tienen un valor más simbólico que real, dado que el KMT está en la oposición desde 2000, aunque su condición de enemigo acérrimo de los comunistas (los enfrentamientos se remontan a los años 20) da un carácter histórico y de reconciliación a la reunión de este viernes. Ambas partes evitaron por diplomacia referirse a "China" y "Taiwán" y utilizaron en la mayoría de las ocasiones términos como "a ambos lados del estrecho (de Taiwán)" o "relaciones a través del estrecho". También recalcaron la necesidad de fomentar la relación comercial y agrícola entre ambos territorios, así como las comunicaciones postales, aéreas y marítimas, interrumpidas desde hace 56 años (con excepciones como los vuelos directos del pasado mes de febrero).

En los discursos previos a la reunión, el presidente del KMT destacó que su visita a China "tendría que haberse celebrado hace largo tiempo", y expresó que el KMT y el PCCh aceptan el consenso de que existe "una sola China", aunque "cada parte tiene su propia interpretación". También señaló que "debemos evitar continuas tensiones y conflictos", y que ambas partes "los han tenido, pero eso es parte del pasado y no podemos volver a escribir la historia". El presidente chino también se mostró conciliador, al destacar que el Gobierno chino "está dispuesto a tolerar diferencias" y elogiando la figura de Sun Yat-sen, fundador del KMT en 1912 y padre de la China moderna. "Sun tenía el sueño de hacer una gran China, y ese sueño se ha vuelto realidad en ambos lados del estrecho de Taiwán", subrayó.

La última vez que se habían reunido máximos líderes comunistas y del KMT fue en agosto de 1945, cuando Mao Zedong y Chiang Kai-shek compartieron un banquete en la ciudad central china de Chongqing para celebrar la victoria contra los invasores japoneses. Poco después, el KMT y los comunistas libraron una guerra civil que acabaría sin tratado de paz, con la huida de los nacionalistas a Taiwán (abril de 1949) y la proclamación de la República Popular China por Mao en Pekín (1 de octubre).

La reunión fue criticada por el Gobierno independentista taiwanés, que pocas horas después señaló en un comunicado que el acontecimiento "demuestra que China no es sincera en su intención de mejorar las relaciones". También lamentó que Lien no convenciera a los comunistas chinos de que acaben "su hostilidad hacia Taiwán", que según Taipei se hace patente en la Ley Antisecesión aprobada en marzo pasado (establece el uso de medios "no pacíficos" para la reunificación) o en los 700 misiles que desde China apuntan a la isla. Según analistas, China, tras la impopularidad de su desafiante Ley Antisecesión, ha adoptado la estrategia de dialogar con la oposición taiwanesa para intentar aislar al actual presidente de Taiwán, Chen Shui-bian.

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