L D (EFE) Laporta, tras una reunión de urgencia con diez de los doce miembros de la junta directiva, se presentó ante los medios para dar su visión de los hechos y responder a las preguntas de los periodistas, después de la crisis que ha afectado al Barca y que el club da ya por resuelta con la marcha de los directivos dimitidos: Sandro Rosell, Josep Maria Bartomeu, Jordi Monés y Jordi Moix.
En su comparecencia pública, Laporta estuvo acompañado por los siguientes directivos: Albert Vicens, Ferran Soriano, Marc Ingla, Alfons Godall, Xavier Cambra, Jaume Ferrer, Josep Cubells, Alfonso Castro, Claudia Vives Fierro y Alejandro Echevarría, mientras que estuvieron ausentes Antoni Rovira y Xavier Faus. En su larga exposición, Laporta reiteró que el proyecto fundacional continúa vigente, igual que el 'círculo virtuoso', uno de los lemas de su campaña electoral, además de recordar que sus compañeros de junta continúan dispuestos a "dar nuestros mejores años de nuestra vida al Barcelona".
Laporta señaló que la figura del vicepresidente deportivo, que ostentaba Sandro Rosell, desaparecerá en la próxima elección de directivos, los cuales se espera que entren en el grupo antes de la asamblea de compromisarios de verano. El presidente del Barcelona entiende que si los directivos dimitidos se sienten "víctimas del proyecto", lo mejor que han podido hacer "es dimitir por dignidad", además de recordar a los empleados contratados por el ex vicepresidente deportivo lo siguiente: "Yo, si tuviese afinidad con alguien que se ha ido, me marcharía".
La puesta en escena de la actual junta, de presionar a los directivos que habían deslizado en el entorno barcelonista un supuesto interés por dimitir, se activó ayer cuando cuatro vicepresidentes (Soriano, Vicens, Ingla y Godall) solicitaron al presidente la convocatoria de urgencia de la junta para que los miembros discrepantes se definiesen. "Cuando se detectó una estrategia que podía erosionar la entidad y, además, con intereses personales, se actuó para resolver el asunto. Ha habido gente que no ha podido aguantar la presión", señaló.
Acerca del cambio de rumbo al que le ha emplazado Sandro Rosell, Laporta respondió que la actual dirección de la entidad "nos ha dado un título de Liga, ha entrado aires fresco en el club y el Barcelona tiene los cimientos para hacer historia". "Yo no he cambiado. Eso me lo tendrían que decir mis amigos y no es así. Tampoco tengo influencias. Tenemos en cuenta las oportunidades. Johan Cruyff nos aconsejó el fichaje del director técnico (Aitor 'Txiki Begisrtain) y del entrenador (Frank Rijkaard) y han sido un éxito", añadió Laporta, en respuesta a los directivos dimitidos.
El presidente del Barça aseguró que la marcha de los cuatro miembros de la junta le ha dolido, pero agradeció a Jordi Moix, el único que ha presentado su renuncia en las instalaciones del Camp Nou, "que no haya ventilado los asuntos en la prensa como ha hecho el resto". "La situación era insostenible. Hemos tenido una gran capacidad de resistencia para que este asunto no se desencadenase durante la temporada", señaló el mandatario barcelonista, quien también respondió a por qué la directiva votó negativamente a 'levantar las alfombras', como así garantizaron en la campaña electoral.
En su comparecencia pública, Laporta estuvo acompañado por los siguientes directivos: Albert Vicens, Ferran Soriano, Marc Ingla, Alfons Godall, Xavier Cambra, Jaume Ferrer, Josep Cubells, Alfonso Castro, Claudia Vives Fierro y Alejandro Echevarría, mientras que estuvieron ausentes Antoni Rovira y Xavier Faus. En su larga exposición, Laporta reiteró que el proyecto fundacional continúa vigente, igual que el 'círculo virtuoso', uno de los lemas de su campaña electoral, además de recordar que sus compañeros de junta continúan dispuestos a "dar nuestros mejores años de nuestra vida al Barcelona".
Laporta señaló que la figura del vicepresidente deportivo, que ostentaba Sandro Rosell, desaparecerá en la próxima elección de directivos, los cuales se espera que entren en el grupo antes de la asamblea de compromisarios de verano. El presidente del Barcelona entiende que si los directivos dimitidos se sienten "víctimas del proyecto", lo mejor que han podido hacer "es dimitir por dignidad", además de recordar a los empleados contratados por el ex vicepresidente deportivo lo siguiente: "Yo, si tuviese afinidad con alguien que se ha ido, me marcharía".
La puesta en escena de la actual junta, de presionar a los directivos que habían deslizado en el entorno barcelonista un supuesto interés por dimitir, se activó ayer cuando cuatro vicepresidentes (Soriano, Vicens, Ingla y Godall) solicitaron al presidente la convocatoria de urgencia de la junta para que los miembros discrepantes se definiesen. "Cuando se detectó una estrategia que podía erosionar la entidad y, además, con intereses personales, se actuó para resolver el asunto. Ha habido gente que no ha podido aguantar la presión", señaló.
Acerca del cambio de rumbo al que le ha emplazado Sandro Rosell, Laporta respondió que la actual dirección de la entidad "nos ha dado un título de Liga, ha entrado aires fresco en el club y el Barcelona tiene los cimientos para hacer historia". "Yo no he cambiado. Eso me lo tendrían que decir mis amigos y no es así. Tampoco tengo influencias. Tenemos en cuenta las oportunidades. Johan Cruyff nos aconsejó el fichaje del director técnico (Aitor 'Txiki Begisrtain) y del entrenador (Frank Rijkaard) y han sido un éxito", añadió Laporta, en respuesta a los directivos dimitidos.
El presidente del Barça aseguró que la marcha de los cuatro miembros de la junta le ha dolido, pero agradeció a Jordi Moix, el único que ha presentado su renuncia en las instalaciones del Camp Nou, "que no haya ventilado los asuntos en la prensa como ha hecho el resto". "La situación era insostenible. Hemos tenido una gran capacidad de resistencia para que este asunto no se desencadenase durante la temporada", señaló el mandatario barcelonista, quien también respondió a por qué la directiva votó negativamente a 'levantar las alfombras', como así garantizaron en la campaña electoral.