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Blair completa la remodelación del Gobierno mientras los laboristas "rebeldes" arrecian sus críticas

El primer ministro británico, Tony Blair, completó la remodelación de su Gobierno, en medio de críticas de laboristas "rebeldes" que pidieron su dimisión para dar paso a su sucesor natural, el influyente titular de Economía, Gordon Brown. Blair designó este lunes los puestos de menor rango en los ministerios tras reorganizar su gabinete el viernes, cuando hizo algunos cambios pero mantuvo a "pesos pesados" como los ministros de Economía, de Exteriores, Jack Straw, y al viceprimer ministro, John Prescott.

L D (EFE) Entre los nombramientos de este lunes destaca Beverly Hughes, diputada cercana a Blair, que ocupará la secretaría de Estado de Infancia tras dimitir, hace menos de un año, como secretaria de Estado de Inmigración por un escándalo de visados falsos.

También llama la atención Andrew Adonis, asesor de confianza del primer ministro, que ha sido designado subsecretario de Estado de Educación y, además, ha obtenido un escaño en la Cámara de los Lores. Brown cuenta, asimismo, con algunos de su aliados en el nuevo gabinete, como Nigel Griffiths, designado vice-líder de la Cámara de los Comunes.

Yvette Cooper, esposa de Ed Balls, antiguo asesor especial del ministro de Economía, se hace con la secretaría de Estado de vivienda y Planificación, adjunta a la Oficina del Viceprimer Ministro. Sin embargo el propio Balls, que fue elegido diputado por primer vez en las elecciones generales del pasado día 5, no ha obtenido ningún cargo gubernamental. Estos nombramientos de puestos medios suelen considerarse en este país un especie de "barómetro" de la supuesta lucha de poder que mantienen Blair y Brown. A primera vista, esta reestructuración arroja un cierto equilibrio entre los colaboradores del primer ministro y su titular de Economía. El jefe del Ejecutivo hizo estos ajustes tras las peticiones de varios diputados laboristas para que dimita pronto y deje paso a Brown.

Las "rebeliones" en las filas laboristas se han intensificado en los últimos días, después de que el partido viera reducida su mayoría parlamentaria de 161 a 67 escaños en los recientes comicios, debido, según la interpretación de los que desde un principio se opusieron a la intervención británica, al apoyo de Blair a la guerra de Irak. Para Robin Cook, ex ministro de Asuntos Exteriores, que dimitió por su oposición a la guerra, lo mejor sería que el jefe del Gobierno dejase pronto su cargo para poder lograr la unidad del partido, dividido por el conflicto.

Otra crítica del primer ministro, la ex titular de Cooperación Internacional Clare Short, también se mostró hoy a favor de su dimisión porque, en su opinión, "existe el peligro real de que el Gobierno parezca dividido y que no se renueva". "Creo que sería mejor para él, para el Gobierno y para el Partido Laborista si anunciase que se marchará pronto y acordásemos un proceso para elegir a un nuevo líder...", declaró Short al programa de radio Today de la emisora pública BBC.

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