(Libertad Digital) Mikel Buesa, en relación con estos datos, consideró que habría que ilegalizar al Partido Comunista de la Tierras Vascas, y recordó que la aplicación de la ley de partidos, junto con la presión policial, consiguió una reducción drástica de la financiación de la banda terrorista.
Además, añadió Buesa, la ilegalización de Batasuna tuvo otro efecto muy positivo que fue la reducción de la percepción favorable que la población tenía sobre la banda criminal ETA. Así, según el Euskobarómetro en el periodo 2000-2004, coincidiendo con la ilegalización del partido político de ETA, en 2002, la justificación de la actividad de ETA se redujo del 7 por ciento al 3 por ciento. Asimismo los que consideraban a los etarras patriotas o idealistas bajaron del 49 al 24% y los que pensaban que eran fanáticos o asesinos subieron de un 42 al 68%.
Por último Buesa, se refirió a los efectos económicos de la actividad terrorista de ETA en el País Vasco. Las provincias vascas están creciendo por debajo de su potencial ya que el gasto que le supone la acción terrorista equivale al 1,9% del PIB. En el periodo estudiado por Buesa, el País Vasco ha dejado de crecer el equivalente al 21,3%, lo que equivale a 8,310 millones de euros al año.