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China accede a las peticiones internacionales y deja fluctuar el yuan en una cesta de divisas

Primer paso de China para complacer a las peticiones internacionales que deberían llevar a la libre fluctuación del yuan. el Gobierno de la dictadura china desvinculó este jueves su moneda, el yuan, del dólar estadounidense por primera vez desde 1994, para dejarla fluctuar respecto a una cesta de divisas de referencia, en un nuevo mecanismo cambiario más flexible y ligado al mercado. Los principales socios comerciales de China y, sobre todo, Estados Unidos, llevaban meses presionando al Ejecutivo para que pusiera fin a un mecanismo que abarataba artificialmente su moneda y, por lo tanto, los productos chinos para fomentar la exportación.

Primer paso de China para complacer a las peticiones internacionales que deberían llevar a la libre fluctuación del yuan. el Gobierno de la dictadura china desvinculó este jueves su moneda, el yuan, del dólar estadounidense por primera vez desde 1994, para dejarla fluctuar respecto a una cesta de divisas de referencia, en un nuevo mecanismo cambiario más flexible y ligado al mercado. Los principales socios comerciales de China y, sobre todo, Estados Unidos, llevaban meses presionando al Ejecutivo para que pusiera fin a un mecanismo que abarataba artificialmente su moneda y, por lo tanto, los productos chinos para fomentar la exportación.
L D (Agencias) La noticia, que fue divulgada por la televisión estatal china, prevé que el cambio entre en vigor este viernes a partir de las 19.00 horas. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, señaló en una entrevista concedida a Reuters que el organismo piensa que China se considera a sí misma técnicamente lista para avanzar hacia una política cambiaria más flexible. "Creemos que ellos también piensan que están técnicamente preparados para ello, por lo que ahora, la decisión de cuándo hacerlo, es política", afirmó Rato.
 
Los funcionarios del FMI regresaron recientemente de Pekín tras mantener las consultas económicas anuales con las autoridades chinas. Su evaluación posiblemente se discutirá en el directorio del Fondo en las próximas dos semanas. Rato repitió que el FMI había dejado en claro a Pekín que a China misma le conviene flexibilizar la ajustada paridad del yuan con el dólar. Las autoridades no discutieron esa afirmación, agregó. "En estos momentos vemos que los argumentos de las autoridades chinas con respecto a su intención de mantener la estabilidad macroeconómica con un sistema cambiario determinado son valiosos", dijo Rato, que añadió que al mismo tiempo “aconsejamos al gobierno chino que avanzar a un tipo de cambio flexible es de su propia conveniencia macroeconómica". El miércoles pasado, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, advirtió que la economía de China enfrenta un riesgo "muy serio" en la medida en que no permita que suba el valor de su moneda.
 
La moneda se desvincula del dólar y pasa a una cesta de divisas
 
"El tipo de cambio del renminbi (moneda del pueblo) será más flexible, en base a las condiciones del mercado, y con referencia a una cesta de monedas", dijo la circular gubernativa, que entró en vigor a las 19:00 horas (11:00 GMT) de este jueves. Tras meses de especulación en los mercados financieros, el Banco Popular de China (central) cumplió su promesa y anunció, por sorpresa, la modificación del mecanismo cambiario, como un paso más en el proceso de reforma y apertura del gigante asiático.

Pekín achacó la medida a su objetivo de "establecer y mejorar el sistema de economía de mercado y permitir que el mercado desempeñe su papel en la distribución de recursos", sin mencionar en ningún momento la presión internacional. Totalmente desvinculado de la oferta y la demanda mundial, el sistema impuesto por China en 1994 obligaba al Banco Popular a intervenir en los mercados de divisas internacionales para defender una paridad en la que ya no creía casi nadie, ni siquiera Pekín.

En varias ocasiones declaró Zhou Xiaochuan, el gobernador del Banco Popular, su deseo de "transformar gradualmente" el mecanismo cambiario del yuan, que no sería una revaluación sin más, sino una metamorfosis más profunda del sistema. A partir de mañana, el Banco Popular de China anunciará a diario el precio de las divisas extranjeras respecto al yuan tras el cierre del mercado interbancario de divisas y adaptará la paridad central para el día siguiente. También anunció la entidad una revaluación inmediata del tipo de cambio del yuan respecto al dólar, que pasa a valer 8,11 yuanes, frente a los 8,28 de máxima que permitía la paridad anterior, fijada en 1997.

El yuan podrá oscilar un 0,3 por ciento arriba y abajo del precio de referencia respecto a esta cesta de divisas, integrada por un número indeterminado de monedas que el Banco Popular no reveló. Esta fórmula, cuya aplicación técnica es difícil según los expertos, podría incluir el dólar estadounidense, el euro y el yen japonés, según las especulaciones aparecidas en la prensa en los últimos meses, ya que éstos son los tres mayores socios comerciales de China. La ligera relajación de los controles sobre el yuan encarecerá sin duda los productos chinos que se venden en supermercados del todo el mundo, un precio que pagarán los consumidores de los cinco continentes.

Numerosas pequeñas empresas chinas, cuyos márgenes de beneficios son ya reducidos, podrían perder a medio plazo, pero a la larga los analistas creen que la medida será buena para la economía china, que ganará en eficacia y competitividad, además de consolidar el mercado interno. Por otra parte, un yuan más fuerte reducirá el coste de las materias primas que China importa (como petróleo o cobre), cuyos precios en el mercado internacional se fijan en dólares, y permitirá a Pekín controlar mejor la amenaza de la inflación (4 por ciento en 2004).

El primer ministro, Wen Jiabao, tendrá ahora más facilidad para frenar el trepidante ritmo de expansión de la economía china, que ayer volvió a sorprender a todos con un crecimiento del PIB del 9,5 por ciento en el primer semestre del año, pese a los esfuerzos de Pekín por moderarlo. La medida, que EEUU pedía a gritos desde hace meses por considerarla clave para subsanar su déficit comercial (162.000 millones de dólares en 2004), provocó reacciones en todo el mundo, una reforma igual de Malasia, una fuerte subida del euro y grandes movimientos en los mercados de valores. Paradójicamente, EEUU podría no ser el más beneficiado por este cambio, ya que los problemas estructurales de la economía estadounidense se harán más patentes en los mercados, según los analistas. China es uno de los compradores más importantes de bonos del Tesoro estadounidense y ahora la demanda de estos títulos podría retroceder, con lo que resultaría más difícil financiar su déficit por cuenta corriente con los flujos de capital del extranjero, en el futuro.
 
Reacciones de EE.UU
 
Líderes demócratas y republicanos del Congreso elogiaron hoy la decisión de China de desvincular el yuan del dólar después de once años, en lo que catalogaron como un "buen paso". El Gobierno de Pekín, que ha estado presionado por EEUU desde hace varios meses, decidió desvincular el yuan del dólar y flexibilizar su mecanismo cambiario al dejar fluctuar su moneda a una cesta de divisas de referencia.
 
Tanto demócratas como republicanos indicaron que esa acción ayuda a atenuar las tensiones en contra del Gobierno de Pekín -al que siempre acusaron de manipular su moneda, en detrimento del dólar-, aunque consideran que aún queda mucho por hacer. "Este es un buen primer paso, aunque sea un pasito. Es más pequeño del que habíamos esperado pero, como dice el proverbio chino, un viaje de mil millas comienza con el primer paso", dijo el senador demócrata Charles Schumer. "Los chinos han reconocido que vincular su moneda (al dólar) es perjudicial para China, para la economía mundial y para EEUU, y nos complace que hayan llegado a ese entendimiento", agregó.

Schumer, del estado de Nueva York, patrocina junto al senador republicano Lindsey Graham un proyecto de ley que impondría tarifas del 27,5 por ciento a todos los bienes importados de China si Pekin continuaba manipulando su moneda. Ambos senadores han decidido postergar indefinidamente la votación final del proyecto, que estaba prevista para este mes. Paralelamente, el presidente del Comité de Finanzas del Senado, el republicano Charles Grassley, subrayó que ese paso, aunque importante, "no es de ninguna manera el final del camino", y prometió seguir de cerca la situación. En la Cámara de Representantes, donde también circula una medida que busca presionar a China a que modifique sus prácticas comerciales, el ambiente es, según varios legisladores, de "optimismo cauteloso". El legislador republicano Phil English, promotor de ese proyecto de ley -que será llevado a votación el próximo día 25-, comentó que la vinculación del yuan al mercado es algo "prometedor" pero, "si se trata de su mejor oferta (de los chinos), es inaceptable".

Tanto los legisladores como los líderes del sector industrial y de sindicatos de EEUU han sostenido, durante años, que la cotización del yuan, fija con la del dólar estadounidense, abarata artificialmente las exportaciones de China en perjuicio de las industrias y empleos en este país. La acción respecto al yuan también podría atenuar las críticas a la política comercial del Gobierno de del presidente George W. Bush, y ablandar la resistencia a la votación final del tratado de libre comercio con Centroamérica y la República Dominicana la próxima semana, según analistas.

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