Resurgen en Estados Unidos las propuestas encaminadas a impedir la venta de videojuegos a menores

(Libertad Digital) "¿Por qué están vendiendo este juego a nuestros hijos?", se lamenta Ronald Moten, líder del grupo Peaceaholics, que asesora a jóvenes en problemas del estado de Maryland y el distrito de Columbia. Moten aboga por poner punto y  final a la libre distribución de determinados juegos porque, dice, existe una línea directa que los une con el crimen.

 

Según recoge Detroit News, más explicitas son las palabras del gobernador del estado de Illinois, Rod Blagojevich: "Por la misma razón que no permitimos a los niños comprar pornografía, cigarros o alcohol, no deberíamos permitirles ir a las tiendas y comprar videojuegos", señaló durante el discurso sobre el estado de la nación. Blagojevich propone prohibir que toda persona menor de 18 años pueda adquirir videojuegos cuyo contenido sea violento o incluya escenas sexuales explícitas.

 

 

De hecho, el pasado jueves el distrito de Columbia frenó una propuesta que hubiera prohibido la venta a menores de juegos como "Grand Theft Auto", "Halo 2" y "Mortal Kombat". Los establecimientos que hubieran incumplido la orden podrían haber perdido su licencia y abonar una multa de hasta 10.000 dólares.

 

La iniciativa es bastante similar a la presentada en el estado de Maryland por el demócrata Justin Ross, que propuso multar a aquellos que alquilaran o vendieran videojuegos violentos a menores con 1.000 dólares o seis meses de prisión. El año pasado, legisladores del estado de Virginia debatieron una propuesta de ley similar.

 

"Los padres quieren disponer de formulas seguras para elegir el videojuego más apropiado en función de la edad, gustos o intereses de la familia", apunta en un comunicado el fabricante de videojuegos Rockstar Games, cuyo mayor éxito es "Grand Theft Auto".

 

 

No todos están de acuerdo con esta pléyade de medidas encaminadas a impedir la venta de videojuegos. Ian Morganstein, de 29 años, trabaja para una tienda donde se venden videojuegos y considera que la responsabilidad del producto que se adquiera recae sobre los padres, no sobre las tiendas. "No somos nosotros, no son las compañías de juegos. Son los padres", explica Morganstein, quien añade que si la familia está preocupada por los videojuegos que consumen sus hijos "no deben llevarles a la  tiendas donde se venden", subraya.

 

Las ventas de videojuegos en Estados Unidos alcanzaron los 7.300 millones de dólares de facturación en 2004, con "Grand Theft Auto: San Andreas" y "Halo 2" liderando las listas de ventas. Según datos de la Entertainment Software Association, la media de edad de los consumidores de videojuegos asciende a 30 años, mientras que la edad de compra ronda los 36. El estudio recalca que el 83 por ciento de la compra de videojuegos está supervisada por los padres.

 

 

En España, un estudio elaborado por GfK Emer por encargo de la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (aDeSe) remarca que el 20 por ciento de los españoles es consumidor de videojuegos, ya sea a través de ordenador o consola, lo que supone una cifra de jugadores próxima a los 8,5 millones. Dos tercios de los jugadores son hombres y el 38 por ciento son menores de edad, frente al 42 por ciento de usuarios que tiene entre 18 y 34 años. Además, existen en España 1,6 millones de jugadores a través de teléfonos móviles.

 

Los problemas derivados de la conveniencia o no de determinados videojuegos también suscitaron una agria polémica a finales de año en España. Amnistía Internacional publicó un estudio (en PDF) en el que señalaba que "los videojuegos fomentan un conjunto de roles y estereotipos discriminatorios hacia las mujeres; los personajes femeninos sufren una absoluta invisibilidad y, en ocasiones, se fomenta la violencia de género". En la picota ponían a "Gran Theft Auto San Andreas".