L D (EFE) Los habitantes de Al Nahrawan, donde explotó el coche bomba. son en su mayoría chiíes, cuya comunidad ha sufrido numerosos ataques en los últimos tres años. El líder terrorista de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al Zarqaui, amenazó esta semana, en un mensaje divulgado por internet, con atacar a los miembros de esa comunidad.
El grupo de Zarqaui ha asumido la autoría de los ataques de los pasados dos días, que costaron la vida a más de 200 iraquíes, muchos de ellos chiíes, y afirmó que con ellos se vengaba la reciente ofensiva de las tropas iraquíes y de EEUU en Tal Afar.
El primer coche bomba dejó dos muertos
El primer ataque del día ocurrió hacia las 11:00 horas (9:00 hora española) cuando un coche bomba hizo explosión al paso de un convoy del Ejército iraquí en el centro de Baquba, lo que causó la muerte a dos civiles y heridas a otras 16 personas, incluidos tres soldados.
Según las fuentes, los dos camioneros sudaneses fueron asesinados por un grupo de terroristas, que prendieron fuego en sus dos vehículos, en una carretera del oeste de la capital. Los dos camioneros trabajaban para una compañía de transporte contratada por el Ejército estadounidense para trasladar productos alimentarios a las tropas.
En Basora (450 kilómetros al sur de Bagdad), el cadáver de un policía, Ali Al Fadel, jefe del grupo de protección de un diputado iraquí, fue hallado en una zona del sur de esa ciudad, un día después haber sido secuestrado.
Descubiertos nueve cadáveres en Bagdad
Además, la policía iraquí halló en tres barrios distintos de Bagdad nueve cadáveres con señales de haber sido torturados antes de ser asesinados. De los nueve cadáveres, todos con las manos atadas a la espalda y los ojos vendados, cuatro fueron encontrados en el barrio Al Ghazaliya, dos en Al Yamiya (oeste) y tres en Al Shuhada (norte). Según dijeron fuentes del ministerio del Interior, todas las víctimas fueron ejecutadas con un disparo en la cabeza. Se desconoce la identidad y ocupación de las víctimas, aunque las fuentes no descartan que sean miembros de la comunidad suní.
La desaparición de policías y civiles y su posterior hallazgo muertos se ha convertido en un suceso habitual en los últimos dos años en Irak, sin que ningún grupo se atribuya la autoría de los hechos.