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JUICIO AL ANESTESISTA POR CONTAGIO DE HEPATITIS

Maeso dice que pudo pincharse accidentalmente en el quirófano por no llevar gafas

El anestesista Juan Maeso, acusado del contagio de hepatitis C a 276 pacientes en diferentes hospitales de Valencia, admitió este jueves ante el juez que, por no usar en el quirófano las gafas que necesita para corregir su miopía, pudo pincharse accidentalmente al aplicar la jeringuilla en la cánula utilizada para anestesiar.

L D (EFE) Durante la cuarta sesión que se celebra por estos hechos en la Sección Segunda de la Audiencia de Valencia, Maeso reconoció que necesita utilizar gafas "desde que era pequeño" a consecuencia de la miopía, aunque reconoció no las llevaba puestas en todas las operaciones en las que intervenía. Un letrado de la acusación particular le preguntó al respecto si "por no llevar las gafas y a consecuencia de la miopía pudo pincharse accidentalmente al aplicar la jeringuilla a la cánula", a lo que el acusado admitió que "puede que exista esta posibilidad", que tal vez "midió mal" la distancia.

Asimismo, Maeso aseguró que "cualquier médico", incluso él mismo, puede apropiarse de los sobrantes de las unidades de anestésico empleadas en las intervenciones quirúrgicas. El acusado explicó que las unidades se contabilizan como utilizadas "sin que todo el producto haya sido inyectado", y que "es imposible saber" si alguien se apropia de las mismas, "porque puedo haberlas cogido yo o cualquiera que pase por ahí".

Además, negó que la praxis médica exija anotar todas las sustancias anestésicas que se utilizan durante una operación, y que en el caso de la Casa de la Salud "nadie" dejaba constancia de los fármacos utilizados. En este sentido, a preguntas de la acusación particular, afirmó que "es incierto" que conociera que el gasto en fármacos aumentaba cuando intervenía él como anestesista y reiteró que no utilizaba más sustancia de la necesaria para poder emplearla en consumo propio.

Asimismo, dijo no saber si cuando se ausentaba por periodos vacacionales o bajas laborales se producía un descenso del uso de anestésico tal y como apuntó uno de los letrados de la acusación. Según dijo, el anestésico local que empleó en dos ocasiones para mitigar un dolor en el codo lo sacó "de un viejo maletín" que empleaba cuando era "médico de calle".

Maeso insistió en que antes de ser suspendido laboralmente recibió llamadas telefónicas en las que una voz femenina le decía "drogadicto, te vamos a matar", circunstancia que, a su juicio, resulta "normal" en los casos "que alguien odia a alguien y quiere meter cizaña". Negó además que la queja presentada contra él por un grupo de enfermeras del Hospital la Fe y una amonestación de la que fue objeto por parte de un coronel del Hospital Militar -que al parecer le prohibió la entrada en la UCI- estuviera motivada por un problema con "estupefacientes".

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