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58 AÑOS DE PERSECUCIÓN

PERFIL: Una vida dedicada a la caza de criminales nazis

Simon Wiesenthal, quien murió esta madrugada a los 96 años de edad, logró desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y bajo el lema central de su vida "Justicia, no venganza" llevar ante los Tribunales a más de 1.100 criminales nazis refugiados en todo el mundo. Tras 58 años de trabajo, Wiesenthal anunció en 2003 su retirada: "a los asesinos de masas que he perseguido, los he encontrado y los he sobrevivido a todos".

L D (Agencias) El implacable perseguidor de criminales de guerra nazis nació el 31 de diciembre de 1908 en Buczacz, en la región de Galizia, que entonces pertenecía a la monarquía de los Habsburgo y que hoy forma parte de Ucrania, informa Efe.

Wiesenthal estudió y se instaló como arquitecto en Praga en 1932 y ejerció su profesión hasta 1941 cuando, durante la ocupación alemana de Checoslovaquia, fue detenido. Logró sobrevivir a doce campos de concentración hasta ser liberado por las tropas estadounidenses en el campo de exterminio de Mauthausen.

Apuntó los nombres

Durante su permanencia en los campos de la muerte, Wiesenthal consiguió tomar nota de los nombres de cada uno de los criminales nazis que participaban en el genocidio y una vez liberado se dedicó exclusivamente a buscarlos. En 1947 fundó el Centro de Documentación Judío, que fue cerrado en 1954 debido a los intereses creados en la "Guerra Fría" que no eran muy favorables al esclarecimiento de todos los crímenes de la Segunda Guerra Mundial.

Pero en 1954, Wiesenthal consiguió localizar en Buenos Aires al destacado criminal nazi Adolf Eichmann e informó de ello al Centro de Investigación del Holocausto Yad Vashem, en Israel, cuyas autoridades eran inicialmente muy escépticas al respecto, pero finalmente el prófugo fue capturado.

Eichmann, el hombre que planificó la deportación y muerte en masa de millones de judíos en Europa, fue detenido en 1960 en la capital argentina, trasladado clandestinamente a Israel y finalmente sentenciado a muerte en 1961 tras la celebración de un juicio trasmitido por televisión. Ese mismo año, Wiesenthal reabrió su Centro de Documentación con el apoyo de donaciones de todo el mundo.

Ana Frank

Uno de los casos descubiertos por Wiesenthal más conocidos junto al de Eichmann es el de Karl Silberbauer, que llevó a un campo de concentración a Ana Frank y que fue descubierto en 1963 cuando trabajaba como inspector de policía en Viena.

Otros criminales prófugos corrieron la misma suerte: el austríaco Franz Stangl, temido comandante del campo de la muerte de Treblinka, capturado en 1967 en Brasil, y el alemán Josef Schwammberger, comandante del "ghetto" de Przemysl, detenido en 1987 en Argentina.

En 1977 se fundó en la Universidad Jeshiva de Los Angeles (EEUU) el "Simon Wiesenthal Holocaust Center", que luego tendría sedes en Toronto, Buenos Aires, Jerusalén y París. Más adelante, en 1979, la Oficina Especial de Investigación en EEUU (OIS) compartió con Wiesenthal información sobre personas sospechosas de haber participado en el genocidio.

En 1989 causó conmoción la declaración de la OIS según la cual el presidente austríaco y ex secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, había colaborado con los nazis durante la guerra. Wiesenthal reaccionó de acuerdo a sus principios y estableció que el presidente austríaco siempre estuvo enterado de las actividades de los criminales nazis, pero que no se le podía probar su directa participación en sus crímenes.

Encontró a los que persiguió

Tras 58 años de trabajo, Wiesenthal anunció en abril de 2003 su retirada de la vida activa con las siguientes palabras: "a los asesinos de masas que he perseguido, los he encontrado y los he sobrevivido a todos". "Si hubiese algún criminal todavía no descubierto, éste sería demasiado viejo para llevarle a los tribunales", dijo, con lo que dio la labor de su vida por terminada.

Uno de los grandes problemas que tuvo Wiesenthal, según dijo, fue explicar a la opinión pública los crímenes de los nazis, puesto que sigue habiendo numerosas asociaciones y grupos que niegan la existencia del Holocausto. En los dos últimos años, Wiesenthal desapareció paulatinamente de la vida pública en la capital austríaca.

Ni tras la muerte de su mujer Cyla, que falleció el 10 de noviembre de 2003 a los 95 años tras estar casada con Simón durante 60 años, Wiesenthal salió de su apartamento en el centro de Viena para presenciar su entierro.

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