L D (EFE) Las largas distancias, que ascienden a 36 kilómetros en el recorrido más largo, han convertido a España en una potencia mundial, como lo recoge la anécdota protagonizada por el locutor que relataba a los espectadores presentes en las orillas del río Swan, en la ciudad australiana de Perth, que ante el dominio español bromeó preguntando al público: "¿Quiénes creen que vienen en cabeza?"
El primer nivel que exhibe España, con Busto en posesión ya de siete títulos de campeón del mundo -cinco en K-1 y dos en K-2-, se incrementa con la cuarta medalla en su palmarés mundialista de los palentinos Jorge Alonso y Santiago Guerrero, la obtención del título de subcampeón del mundo del zamorano Emilio Merchán, en K-1, o del gallego Alfredo Bea, en C-1, así como el segundo bronce consecutivo de los gallegos Ramón Ferro y Óscar Graña, en C-2.
A tanta contundencia en sénior, inicia su aproximación el equipo júnior sin complejo alguno y avalado, sobre todo, por la calidad técnica de una generación que invita a soñar. En Australia ha logrado el palentino Diego Cosgaya su tercer título de campeón del mundo júnior de esta temporada -oro en 500 y 1.000 metros, y ahora en maratón- y los toledanos Héctor Cubelos y Enrique Peces, el de K-2.
En sénior, el asturiano Manuel Busto y el vasco Oier Aizpurua han revalidado el de campeones del mundo en K-2, prueba en la que los palentinos Jorge Alonso y Santiago Guerrero alcanzaron la medalla de bronce en una carrera en la que Busto y Aizpurua alternaron con los húngaros Viktor Szakaly y Krisztian Szigeti el liderato de la misma, que se resolvió con resultado favorable para los españoles en el sprint final. Después de un primer porteo vibrante, con los favoritos corriendo ya alineados, la carrera presentaba una selección en cabeza con la baja llamativa del primer K-2 húngaro, los hasta hoy subcampeones del mundo Istvan Salga y Attila Jambor, que renunciaron a competir el sábado en K-1 para reservarse para el domingo.
Los palentinos se ganaron la medalla de bronce por un trabajo de remontada que les obligó a luchar las adversidades que supuso no haber podido figurar en el grupo de cabeza, que fue perdiendo embarcaciones hasta quedar reducido a dos, con Alonso y Guerrero controlando entonces los ataques por la tercera plaza en un colectivo que redujo ritmo, cuestión secundaria para los españoles, que anteponían el puesto final al tiempo de llegada.
En canoa, los gallegos Ramón Ferro y Óscar Graña también repitieron el tercer puesto logrado en el último Mundial, y compartieron con las embarcaciones de la potente Hungría los privilegios de las primeras posiciones, con oscilaciones en el orden durante la carrera. Un problema en la empuñadura de la pala de Graña alteró la llegada del C-2 al último porteo, en el que precipitadamente tuvo que cambiarla para poder concluir una regata en la que los gallegos fueron siempre candidatos al podio, a expensas del cajón que ocuparían.
La participación española la completaron las dos embarcaciones femeninas de K-2, con Tania Lois y Olatz Alkorta, y Amaya Osaba y Naiara Gómez, ocupando los puestos sexto y séptimo, respectivamente. En una prueba de gran dureza y con las potentes húngaras Renata Csay y Kornelia Szonda marcando un fuerte ritmo, las españolas ocuparon durante muchos momentos puestos intermedios, pero ninguno de los dos barcos se encontró en disposición de luchar por una medalla, que Osaba y Gómez habían conseguido el pasado año en Noruega.
Las tres medallas logradas este domingo por la selección española, una de oro y dos de bronce, en la jornada de clausura permiten al equipo nacional finalizar la competición con seis puestos de podio en sénior, y cinco en júnior, que suponen su mejor resultado en la historia de esta modalidad.
El primer nivel que exhibe España, con Busto en posesión ya de siete títulos de campeón del mundo -cinco en K-1 y dos en K-2-, se incrementa con la cuarta medalla en su palmarés mundialista de los palentinos Jorge Alonso y Santiago Guerrero, la obtención del título de subcampeón del mundo del zamorano Emilio Merchán, en K-1, o del gallego Alfredo Bea, en C-1, así como el segundo bronce consecutivo de los gallegos Ramón Ferro y Óscar Graña, en C-2.
A tanta contundencia en sénior, inicia su aproximación el equipo júnior sin complejo alguno y avalado, sobre todo, por la calidad técnica de una generación que invita a soñar. En Australia ha logrado el palentino Diego Cosgaya su tercer título de campeón del mundo júnior de esta temporada -oro en 500 y 1.000 metros, y ahora en maratón- y los toledanos Héctor Cubelos y Enrique Peces, el de K-2.
En sénior, el asturiano Manuel Busto y el vasco Oier Aizpurua han revalidado el de campeones del mundo en K-2, prueba en la que los palentinos Jorge Alonso y Santiago Guerrero alcanzaron la medalla de bronce en una carrera en la que Busto y Aizpurua alternaron con los húngaros Viktor Szakaly y Krisztian Szigeti el liderato de la misma, que se resolvió con resultado favorable para los españoles en el sprint final. Después de un primer porteo vibrante, con los favoritos corriendo ya alineados, la carrera presentaba una selección en cabeza con la baja llamativa del primer K-2 húngaro, los hasta hoy subcampeones del mundo Istvan Salga y Attila Jambor, que renunciaron a competir el sábado en K-1 para reservarse para el domingo.
Los palentinos se ganaron la medalla de bronce por un trabajo de remontada que les obligó a luchar las adversidades que supuso no haber podido figurar en el grupo de cabeza, que fue perdiendo embarcaciones hasta quedar reducido a dos, con Alonso y Guerrero controlando entonces los ataques por la tercera plaza en un colectivo que redujo ritmo, cuestión secundaria para los españoles, que anteponían el puesto final al tiempo de llegada.
En canoa, los gallegos Ramón Ferro y Óscar Graña también repitieron el tercer puesto logrado en el último Mundial, y compartieron con las embarcaciones de la potente Hungría los privilegios de las primeras posiciones, con oscilaciones en el orden durante la carrera. Un problema en la empuñadura de la pala de Graña alteró la llegada del C-2 al último porteo, en el que precipitadamente tuvo que cambiarla para poder concluir una regata en la que los gallegos fueron siempre candidatos al podio, a expensas del cajón que ocuparían.
La participación española la completaron las dos embarcaciones femeninas de K-2, con Tania Lois y Olatz Alkorta, y Amaya Osaba y Naiara Gómez, ocupando los puestos sexto y séptimo, respectivamente. En una prueba de gran dureza y con las potentes húngaras Renata Csay y Kornelia Szonda marcando un fuerte ritmo, las españolas ocuparon durante muchos momentos puestos intermedios, pero ninguno de los dos barcos se encontró en disposición de luchar por una medalla, que Osaba y Gómez habían conseguido el pasado año en Noruega.
Las tres medallas logradas este domingo por la selección española, una de oro y dos de bronce, en la jornada de clausura permiten al equipo nacional finalizar la competición con seis puestos de podio en sénior, y cinco en júnior, que suponen su mejor resultado en la historia de esta modalidad.