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España comienza su defensa de la Supercopa de Europa con una derrota ante Francia (28-26)

La selección española, vigente campeona mundial, no pudo comenzar la defensa de su corona de la Supercopa con un buen resultado, porque sucumbió ante Francia (28-26) en una segunda mitad pésima, en la que naufragó después de una primera parte para la esperanza. El cuadro de Juan Carlos Pastor vivió en Bremen la cara y la cruz. El primer tiempo fue por momentos brillante y en el segundo se desmoronó en defensa y en ataque y los hombres de Claude Onesta lo aprovecharon para llevarse

L D (EFE) Todas las virtudes que adornaron la actuación de España antes del descanso se quedaron en los vestuarios, así que de dominar con autoridad y casi contundencia se vio abocada al sufrimiento y a la remontada de una selección francesa que, con los papeles cambiados, estuvo más serena y acertada en los minutos finales. Resguardados en otra actuación portentosa de David Barrufet, el meta español en el primer tiempo, los chicos de Pastor dieron la impresión de sentenciar el choque en un cuarto de hora con un 1-8 y un 3-10.

La defensa hispana, la labor de Barrufet y el dinamismo en ataque, donde sobresalió el pívot Rolando Uríos, otorgaron a España un dominio claro que aplacó, no obstante, Francia cuando cambió a defensa 5-1 y comenzó a despertar el lateral Nikola Karabatic. El 10-14 al intermedio era un leve reflejo del dominio del equipo de Pastor, que tras ampliar la ventaja otra vez con un gol de salida de Albert Rocas pareció olvidarse de todo lo bueno que había hecho. España chocó ante la defensa 6-0 de Francia, mucho más activa y efectiva, y se desmoronó atrás con David Davis de adelantado. Consecuencia, los de Onesta comenzaron a recortar distancias con una espectacular rapidez hasta conseguir empatar por primera vez a 17 (m.40) e incluso adelantarse con un 22-21 tras una diana de Guillaume Gille.

La irrupción del extremo Olivier Girault y del lateral Sebastien Bosquet revitalizó en la faceta ofensiva a Francia, mientras que bajo los palos Thierry Omeyer se convirtió en un muro para los generalmente apurados lanzamientos de España, que perdió su fluidez y se olvidó por completo de los extremos, donde Albert Rocas y Juanín García no aparecieron porque no recibieron balones. Ni Chema Rodríguez ni Raúl Entrerríos dieron la calma y el orden necesario al ataque hispano, que se estrelló ante una defensa rival dinámica y poderosa, así que cuando Francia se situó con un 27-25 puso una diferencia ya insalvable para el cuadro de Pastor, que además de la derrota lamentó la lesión de Rubén Garabaya, quien se lastimó en la primera mitad en su pierna izquierda y no pudo volver a jugar.

España se jugará su pase a semifinales este jueves a partir de las seis de la tarde contra Suecia en el Boerdelandhalle de Magdeburgo.

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