L D (EFE) No obstante, los análisis de ADN practicados a la camiseta que Joan P. llevaba la noche del crimen han confirmado que los restos de sangre que ésta presentaba eran de Josep Maria Isanta, lo que apunta a su presunta implicación en el apuñalamiento del joven de Berga. Tras recibir los resultados de las pruebas de ADN practicadas a la camiseta de Joan P., el juez de Berga ordenó este miércoles su ingreso en prisión, a la espera de tomarle este jueves declaración.
Joan P., vecino de Berga, fue detenido en principio como presunto autor de un delito de intento de homicidio, ya que se sospechaba su participación en las otras agresiones con arma blanca ocurridas durante las fiestas de la Patum, aunque no en el crimen de Josep Maria Isanta.
Tenía que compadecer semanalmente en el juzgado
El juez instructor dejó al detenido en libertad con cargos, con la obligación de comparecer en el juzgado semanalmente y hasta ahora lo había cumplido, a falta de pruebas concluyentes que lo inculparan. Además, los análisis de ADN practicados a las cuatro navajas halladas en los alrededores del lugar donde ocurrieron las agresiones han revelado que sólo dos de las armas blancas tenían restos de sangre de Josep Maria Isanta.
También los resultados de la autopsia practicada al cadáver de Josep Maria Isanta señalaron que las tres puñaladas que el joven recibió fueron efectuadas con dos armas distintas. La principal hipótesis apuntaba a que los autores materiales del apuñalamiento de Isanta podrían ser uno de los menores que se encuentran internados y uno de los mayores de edad encarcelados, el dominicano Eudilcandro M.A.
Sin embargo, esa hipótesis pierde fuerza a la luz de los resultados de las pruebas de ADN practicadas a la camiseta de Joan P., que apuntan a que el detenido pudo tener una participación directa. Por el homicidio de Berga se encuentran en prisión preventiva ocho personas acusadas por igual de los delitos de asesinato, intento de homicidio y lesiones, mientras que otros cuatro menores de edad, presuntamente implicados en el crimen, permanecen en centros de internamiento en régimen cerrado.