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El Espanyol despide la liguilla de la Copa de la UEFA con una triste victoria ante el Maccabi (1-0)

Un gol de Mauricio Pochettino en los últimos minutos ha dado al Espanyol una pobre victoria ante el Maccabi Petach-Tikva israelí, en partido correspondiente a la última jornada de la liguilla de la Copa de la UEFA. El conjunto de Miguel Ángel Lotina, despedido con silbidos por el escaso público presente en Montjuic, acaba segundo en el grupo B y en dieciseisavos de final se enfrentará con uno de los equipos eliminados de la Liga de Campeones.
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Un gol de Mauricio Pochettino en los últimos minutos ha dado al Espanyol una pobre victoria ante el Maccabi Petach-Tikva israelí, en partido correspondiente a la última jornada de la liguilla de la Copa de la UEFA. El conjunto de Miguel Ángel Lotina, despedido con silbidos por el escaso público presente en Montjuic, acaba segundo en el grupo B y en dieciseisavos de final se enfrentará con uno de los equipos eliminados de la Liga de Campeones.CONSULTE LOS RESULTADOS Y CLASIFICACIONES
L D (EFE) En un partido indigno de competición europea, el Espanyol ha enfadado a sus aficionados ofreciendo un juego muy gris, impropio de un aspirante a llegar lejos en Europa. Sólo pudo derribar la muralla del Maccabi a falta de ocho minutos para el final y a balón parado. Contagiado por el ambiente, el equipo blanquiazul arrancó muy poco a poco, perezoso por afrontar un compromiso que no cuajó en la grada -Montjuic registró de largo la peor entrada de la temporada- ante un rival desconocido y con nulas opciones. Pese a todo, el Maccabi se soltó y apretó los dientes en los primeros compases. Con la tranquilidad del que no tiene nada que perder, el conjunto israelí sorprendió en Montjuic al enseñar una circulación de balón más saneada de lo previsto, con dos puntas más rápidos que técnicos que exigieron una rápida puesta a punto de los dos centrales españolistas.
 
Áspero y muy frío, el partido pintaba cuesta arriba, con todos los ingredientes que suele incluir una decepción con mayúsculas: mal juego, un rival sin nombre, muy poco público y un 0-0 que parecía eterno. Con el paso de los minutos, la lógica se impuso en el terreno de juego, pero no en el marcador: al Espanyol no le costó demasiado hacerse con el balón y manejarlo a su antojo mientras el Maccabi se desinflaba y dimitía del partido. Tuvo el privilegio el Espanyol de jugar siempre en campo contrario ante un Maccabi atónito y superado, pero no supo cómo llevar verdadero peligro al área de Cohen. Luis García y Jonathan demostraron una movilidad encomiable en la punta de ataque y manifestaron que se pueden complementar de lo lindo, con el canterano como nueve nato, buen rematador y capaz de jugar de espaldas al marco contrario y el asturiano en el papel de conductor y llegador desde la segunda línea. Fue precisamente Luis García quien más se acercó al gol. En el minuto 9, chutó una falta que se estrelló en el larguero, pero ahí terminó todo el bagaje ofensivo del Espanyol.

El balón se movió con tanta lentitud como los motores del equipo catalán, Ito y Moisés, dos jugadores de corte físico, incapaces de conectar con sus delanteros y prácticamente inoperantes a la hora de crear fútbol. Entretanto, Jonathan se peleaba con la defensa del Maccabi. El delantero se entregó con pasión a la tarea del gol. Peleó, buscó las grietas de la zaga, barrió el frente de ataque, conectó con Luis García y Riera y probó un par de remates, pero le faltó suerte. Poca cosa más demostró el Espanyol. Más bien ninguna, porque el partido se le volvió en contra. Lo que iba a ser un trámite plácido, una goleada impuesta por la lógica, se iba convirtiendo en un mal trago entre la indignación de la grada y la impotencia del Espanyol. Tan desesperante se presentaba el panorama que el público miró al banquillo para exigir alguna solución digna. Allí se sentaban De la Peña y Tamudo, muertos de frío, pero reclamados por la grada. Especialmente De la Peña, a quien Lotina no tuvo más remedio que llamar para adecentar un poco el partido y despertar a su equipo. Corría el ecuador de la segunda parte y la pelota empezó a moverse con más fluidez.
 
El juego no mejoró, pero con De la Peña y Tamudo en el campo, el Espanyol fue más incisivo, aunque siempre actuó por impulsos, incluso estuvo a punto de verse sorprendido por Mbamba, que erró la ocasión más clara del choque, un mano a mano que Gorka desvió por los pelos. En uno de esos tirones llegó el único gol, tan feo como el partido. Ya es habitual que el Espanyol marque así, en una falta botada por De la Peña que Pochettino envió a la red después de un par de rechaces. Ahí terminó el encuentro, probablemente olvidado en cuestión de minutos por todos los que tuvieron el mérito de acudir al gélido Montjuic para ver a un Espanyol apático y desacertado que pese a todo entrará en el sorteo de la Copa de la UEFA y que fue despedido por los silbidos de su afición.
 
 
Ficha técnica del partido
 
Espanyol, 1: Gorka; Jarque, Lopo, Pochettino, David García; Armando Sá (De la Peña, m.67), Ito, Moisés Hurtado, Riera (Tamudo, m.67); Luis García (Coro, m.57) y Jonathan
Maccabi Petach-Tikva, 0: Cohen (Mizrahi, m.45); Amar, Banay, Tzemah, Ganon; Dubrovin, Caldeira, Peser, David; Golan (Mbamba, m.45) y Toema (Ederi, m.70)

Gol: 1-0, min. 82: Pochettino.
Árbitro: Anton Genov (Bulgaria). Amonestó con tarjeta amarilla al local Lopo (m.89) y a los visitantes Caldeira (m.26), Golan (m.30), Peser (m.35), Mizrahi (m.55), Dubrovin (m.75), Tzemah (m.78), Mbamba (m.90) y Ganon (m.90). Expulsó con roja directa a David (m.87)
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta y última jornada de la liguilla del grupo B de la Copa de la UEFA disputado en el Olímpico de Montjuic ante unos 5.000 espectadores. Miguel Ángel Lotina, entrenador del Espanyol, presenció el partido desde el banquillo por la suspensión cautelar de la sanción de cuatro partidos que le impuso la UEFA

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