(Libertad Digital) La denominada operación Nova, llevada a cabo en octubre de 2004, consiguió desmantelar una célula que pretendía hacer volar por los aires la Audiencia Nacional. Al menos tres de los integrantes de esta trama, desmantelada gracias al colaborador policial Cartagena, tenían relaciones con miembros de la organización terrorista ETA, según informa El Mundo. Dos de ellos tenían contactos con etarras en Bilbao; el tercero tenía documentos en su celda con nombres de miembros de la organización terrorista.
Según han explicado fuentes de la investigación a El Mundo, el líder de la célula, Mohamed Achraf, detenido en Suiza, tenía un contacto con un etarra de Bilbao. Asimismo, había conectado antes de huir a Suiza con el etarra Rego Vidal, encarcelado por tratar de asesinar al Rey. Según la investigación del juez Baltasar Garzón, pretendían adquirir los explosivos en Almería a ciudadanos de etnia gitana. Si esta vía no hubiera sido posible los adquirirían a través de ETA.
El hombre clave para el desmantelamiento de este entramado terrorista fue Cartagena. Según han explicado fuentes de la investigación, todos estos datos fueron facilitados por este infiltrado tanto a sus colaboradores de la Unidad Central de Información, como al juez instructor de la causa, que por aquel entonces era Baltasar Garzón. Sorprendentemente ni la Policía ni la Audiencia Nacional consideraron relevantes las posibles conexiones entre islamistas y etarras en cuanto a posibles negocios de compra venta de explosivos.
Mohamed Achraf le iba a dar a Cartagena los números de teléfono de su contacto de Bilbao para que se presentara como su lugarteniente. Pero la actuación policial evitó que se avanzara más en la línea de investigación. Nadie le preguntó al colaborador policial si en algún momento algunos de los miembros de la célula de Achraf le dio más información sobre estos terroristas.
Aumentan las sospechas de las relaciones entre ETA y terroristas islámicos en el 11-M