L D (EFE) El Ciudad Real jugó bien aproximadamente unos 45 minutos, dejando los quince restantes al conjunto esloveno. Esto ocurrió al comienzo de la contienda, cuando la defensa 5-1 del conjunto español era superada una y otra vez por los atacantes eslovenos, sobre todo desde los seis metros. El equipo español tampoco tenía respuesta en ataque, porque con Korsarov en el avanzado quedaba anulada la dirección de juego del conjunto de Dujshebaev y así aparecían una y otra vez cómodas diferencias para el Celje.
La decoración comenzó a cambiar cuando el técnico español dio entrada a Metlicic por Stefansson y a Kallman por Davis. El Ciudad Real cerró mejor su defensa y el meta Sterbik empezó a tener mayores garantías para detener los lanzamientos de los de Miro Pozun. Desde el minuto 18 hasta el 27,5, el Ciudad Real dejó al Celje sin marcar un gol y le endosó un parcial de 5-0, con lo que se puso por primera vez por delante en el marcador (12-10).
Esta racha ya no se modificó durante el resto del partido e incluso la ventaja se fue ampliando porque el Ciudad Real, bien asentado atrás, sin modificar un ápice su 5-1, cortaba ataques, jugaba al contragolpe y además también encandilaba a sus aficionados. En el minuto 54, la diferencia era de nueve goles (31-22). El Celje estaba contra las cuerdas, pero los errores españoles, producto del alto ritmo impuesto, le permitieron rehacerse algo y acortar las distancias a siete dianas.
La decoración comenzó a cambiar cuando el técnico español dio entrada a Metlicic por Stefansson y a Kallman por Davis. El Ciudad Real cerró mejor su defensa y el meta Sterbik empezó a tener mayores garantías para detener los lanzamientos de los de Miro Pozun. Desde el minuto 18 hasta el 27,5, el Ciudad Real dejó al Celje sin marcar un gol y le endosó un parcial de 5-0, con lo que se puso por primera vez por delante en el marcador (12-10).
Esta racha ya no se modificó durante el resto del partido e incluso la ventaja se fue ampliando porque el Ciudad Real, bien asentado atrás, sin modificar un ápice su 5-1, cortaba ataques, jugaba al contragolpe y además también encandilaba a sus aficionados. En el minuto 54, la diferencia era de nueve goles (31-22). El Celje estaba contra las cuerdas, pero los errores españoles, producto del alto ritmo impuesto, le permitieron rehacerse algo y acortar las distancias a siete dianas.