Los peritos pretenden aclarar las causas del hundimiento con la construcción de esa galería, cuyas dimensiones serán más reducidas que el túnel que se derrumbó. Con ello, quieren averiguar si existe una falla geológica que no había sido detectada cerca del punto donde ocurrió el derrumbe y determinar si el grueso de la gunita -revestimiento de hormigón- que se utilizó en las obras era el adecuado.
La juez Castelló ha encargado un presupuesto para saber lo que costará la elaboración de la galería, desde la que se llevarán a cabo distintas catas geológicas con el fin de determinar la estabilidad del terreno y del propio túnel, de 300 metros de longitud y que después del derrumbe fue sellado con toneladas de hormigón.
El responsable de la oficina técnica del proyecto de prolongación de la línea 5 hasta el 10 de enero pasado, cuando fue nombrado jefe de obras, ha declarado que una de las posibles causas del hundimiento pudo ser una falla o un deslizamiento geológico. El técnico ha declarado que el 25 de enero, cuando ocurrió el primer derrumbe, observó un deslizamiento geológico húmedo cerca del punto del túnel que se hundió.
Gracia ha descartado como causa del derrumbe la excavación efectuada en el túnel la noche antes del hundimiento, pese a que varios expertos la han señalado como uno de los motivos que lo desencadenó. Además, la existencia de la falla que defiende el técnico ha sido puesta en duda por el ingeniero responsable de los estudios geotécnicos de la línea 5, Benjamín Celada, también imputado por el hundimiento del Carmelo.
Además, Gracia sostiene que la dirección de obras no ordenó en ningún momento excavar una rasa en el túnel de maniobras, sino retirar el fango y el agua para preparar el asiento de la futura base de hormigón de la galería.
El ingeniero responsable de estudios geotécnicos habla de "error humano"
En su declaración ante la juez, el director de las obras de prolongación, Javier Gete-Alonso, declaró que ni ordenó ni tuvo conocimiento de la excavación en el túnel de maniobras que se llevó a cabo la noche antes del derrumbe, mientras que Benjamín Celada atribuyó dicha rasa a un "error humano".
Respecto a las mediciones de las convergencias de la bóveda del túnel, Gracia ha explicado que correspondía hacerlo a la dirección de la obra, pero ha reconocido que la UTE efectuaba otros análisis por su cuenta para garantizar la seguridad de los trabajadores. Gracia ha dicho desconocer que el tramo que se hundió estuviera bajo observación desde hacía cuatro meses, mientras ha sostenido que las empresas constructoras no detectaron ningún problema de estabilidad en la bóveda a partir de sus mediciones.
El técnico de Copisa ha declarado que ignora la razón por la que las citadas convergencias no se midieron durante 70 días, aunque en la comisión parlamentaria que investigó el hundimiento del túnel del Carmelo un ingeniero de la dirección de obras explicó que el motivo es que durante todo ese tiempo estuvo estacionado un camión "jumbo" ante uno de los clavos que se usan para calcular esas magnitudes.
Sergio Gracia fue jefe de obras de la línea 5 del metro desde el 10 hasta el 30 de enero de 2005 en sustitución de Rafael Piquer, que la semana pasada, en su declaración ante la juez como imputado, se escudó en que abandonó el cargo en noviembre de 2004 para eludir responsabilidades en el hundimiento.