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El Consejo de Seguridad aplaza su reunión para tratar el programa nuclear iraní por la falta de acuerdo

La falta de acuerdo para tomar una decisión sobre las ambiciones nucleares de Irán ha obligado a posponer la reunión prevista para este martes de los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. El presidente de turno del Consejo, el embajador argentino Cesar Mayoral, manifestó que la razón del aplazamiento es "que se necesita más tiempo para las negociaciones". Pese a los esfuerzos de EEUU y los europeos por convencerles, Rusia y China sigue oponiéndose al borrador del texto y son reticentes a que el debate de la crisis nuclear iraní sea trasladado al Consejo de Seguridad.


La falta de acuerdo para tomar una decisión sobre las ambiciones nucleares de Irán ha obligado a posponer la reunión prevista para este martes de los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. El presidente de turno del Consejo, el embajador argentino Cesar Mayoral, manifestó que la razón del aplazamiento es "que se necesita más tiempo para las negociaciones". Pese a los esfuerzos de EEUU y los europeos por convencerles, Rusia y China sigue oponiéndose al borrador del texto y son reticentes a que el debate de la crisis nuclear iraní sea trasladado al Consejo de Seguridad.
L D (EFE) En la reunión estaba previsto debatir la adopción de una declaración presidencial, presentada por el Reino Unido y Francia, para exigir a Irán que cumpla las demandas de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y suspenda sus actividades de enriquecimiento de uranio.

Mayoral señaló que el borrador de la declaración es objeto de estudio por parte de los gobiernos que integran el Consejo, a la vez que continúan los contactos bilaterales entre los embajadores de los cinco miembros permanentes (EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia y China). "Queremos que las negociaciones se desarrollen en un ambiente confortable", destacó el diplomático.

Todavía no se ha decidido una nueva fecha para la convocatoria de la reunión, pero Mayoral espera "que sea esta misma semana". La falta de acuerdo entre los "cinco grandes" del Consejo y Alemania, en calidad de integrante junto a Reino Unido y Francia de la llamada troika europea (UE-3) que negocia con Irán, fue evidente en la reunión de alto nivel que celebraron el lunes en Nueva York altos cargos de los ministerios de Exteriores de estos países.

En el encuentro no lograron avanzar hacia el consenso en la declaración presidencial, así como tampoco delinear una estrategia más amplia sobre la cuestión iraní, si Teherán sigue incumpliendo sus obligaciones en materia nuclear. El Reino Unido lanzó la idea de reabrir la vía del diálogo con Irán, con el objetivo de acercar posiciones con Rusia y China, pero luego retiró la propuesta.

El embajador de Francia en la ONU, Jean Marc de la Sabliere, valoró este viernes positivamente el aplazamiento de la reunión del Consejo, ya que consideró que ello permitirá continuar las negociaciones para la elaboración de un documento que "envíe un mensaje firme y preciso a Irán". "Todavía es posible el consenso. Tenemos tiempo, unos días, pero no demasiado tiempo, por lo que debemos concluir las discusiones pronto", señaló.

Resaltó que la declaración no contendría generalidades, y tampoco descartó la posibilidad de que, si continúan las divergencias entre los miembros del Consejo, opten por una resolución, lo que requiere una votación. Una declaración presidencial no es vinculante y se adopta por consenso, mientras que una resolución debe someterse a votación y para su aprobación requiere de nueve votos a favor entre los quince miembros del Consejo y que ninguno de los cinco permanentes ejerza su derecho a veto.

Rusia y China, sin embargo, todavía se muestran contrarios al borrador del texto y han expresado su cautela ante cualquier decisión que pueda tomarse en el Consejo de Seguridad que abra la posibilidad más adelante de imponer sanciones a Irán. Ambos países alegan temer que una respuesta firme de este órgano ejecutivo de la ONU irrite a Teherán y decida romper todos los contactos con el OIEA e incluso retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear (TPN).

Moscú y Pekín también son reticentes a que el debate de la crisis nuclear iraní sea trasladado al Consejo de Seguridad, pues consideran que debe ser la AIEA el que convenza a Teherán de que suspenda sus actividades nucleares. La actual crisis sobre el programa nuclear iraní se remonta a agosto pasado, cuando Irán decidió reanudar sus actividades de enriquecimiento de uranio, que EEUU y sus aliados creen que van dirigidas a la fabricación de armas atómicas.

Bajo un acuerdo entre la troika europea e Irán alcanzado en noviembre de 2004, Teherán se había comprometido a suspender sus programas nucleares, a cambio de incentivos económicos y políticos. El Consejo de Seguridad recibió el informe sobre las actividades nucleares iraníes el pasado 8 de marzo, después que la junta de gobernadores del AIEA así lo acordara, y desde entonces se debate una declaración presidencial y otras estrategias para solucionar la crisis.

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