L D (EFE) Los escasos vientos de cinco nudos de componente Sur, el agua sucia y el cielo plomizo marcaron los primeros minutos de la travesía del vuelta al Atlántico, cuyo trazado de 5.000 millas náuticas (9.265 kilómetros) debe exigir al menos veinte días de trabajo constante a los seis barcos participantes.
El ABN Amro 1, beneficiado en las primeras maniobras al enfilar la proa desde la derecha del campo de regatas, sufrió con una mala maniobra que desplomó su vela de proa, lo relegó a la retaguardia y demostró con esto que "los médicos también se mueren". La vacilación de los muchachos del neozelandés Mike Sanderson abrió el camino al Ericsson Racing Team, que estrena a John Kostecki como patrón.
La salida reveló al Movistar, de Bouwe Bekking, en sintonía con las condiciones del tiempo para asumir la vanguardia y a un ABN Amro 2 con un equipo muy concentrado en busca de la punta. La pasión de los navegantes por el fútbol se exteriorizó en la despedida al comparecer los tripulantes del Pirates sin su tradicional camiseta blanca y vistiendo las "amarelas" que identifican a la selección brasileña. Cientos de embarcaciones tomaron posición a prudente distancia para despedir a los equipos, y en especial al liderado por Torben Grael.
Las embarcaciones permanecieron veintiséis días ancladas en la Marina da Gloria. Los ajustes se cumplieron con una temperatura media de 30 grados centígrados y casi 90 por ciento de humedad. La partida se produjo con puntualidad a las 17:10, hora española, del centro de la bahía de Guanabara con dirección Este, hasta una boya situada junto a la Isla das Lajes. A continuación los barcos viraron hacia la turística playa de Copacabana en busca de la boya puesta junto a la isla de Cotunduba.
En ese punto la caravana se dispersó, pues cada barco quedó en libertad para elegir el camino para arribar al archipiélago de Fernando de Noronha, meta volante de la quinta etapa, distante 1.200 millas de la salida. El segundo tramo de la quinta etapa va hasta la entrada de la bahía de Chesapeake en la costa oeste de Estados Unidos y el tercero y último en el interior de la bahía al puerto de Baltimore. Temprano los equipos mantuvieron hasta el último minuto el parte meteorológico definitivo para trimar o poner a punto las velas y demás aparejos del barco.
Además de los ya confirmados vientos tenues o ligeros, la etapa debe transcurrir bajo el rigor del calor y la humedad, y múltiples desafíos para la habilidad en la recta final: las últimas cien millas (185 kilómetros), en la bahía de Chesapeake, localizada en la costa oeste de Estados Unidos. Este tramo plantea una abertura muy estrecha, con vientos difíciles y llena de obstáculos.
Con la cómoda ventaja de puntos y la tranquilidad que proporciona el diseño del ABN Amro 1 para vientos moderados, su tripulación se ha metalizado en los últimos días para administrar el caudal y permanecer ajena a la batalla de los otros barcos por el podio. La lucha en los siguientes puestos de la clasificación se presenta totalmente abierta, porque sólo ocho puntos separan al segundo clasificado, el ABN Amro 2 del francés Sebastián Jossé, del quinto lugar que ahora ocupa el Brazil 1 de Torben Grael.
El ABN Amro 1, beneficiado en las primeras maniobras al enfilar la proa desde la derecha del campo de regatas, sufrió con una mala maniobra que desplomó su vela de proa, lo relegó a la retaguardia y demostró con esto que "los médicos también se mueren". La vacilación de los muchachos del neozelandés Mike Sanderson abrió el camino al Ericsson Racing Team, que estrena a John Kostecki como patrón.
La salida reveló al Movistar, de Bouwe Bekking, en sintonía con las condiciones del tiempo para asumir la vanguardia y a un ABN Amro 2 con un equipo muy concentrado en busca de la punta. La pasión de los navegantes por el fútbol se exteriorizó en la despedida al comparecer los tripulantes del Pirates sin su tradicional camiseta blanca y vistiendo las "amarelas" que identifican a la selección brasileña. Cientos de embarcaciones tomaron posición a prudente distancia para despedir a los equipos, y en especial al liderado por Torben Grael.
Las embarcaciones permanecieron veintiséis días ancladas en la Marina da Gloria. Los ajustes se cumplieron con una temperatura media de 30 grados centígrados y casi 90 por ciento de humedad. La partida se produjo con puntualidad a las 17:10, hora española, del centro de la bahía de Guanabara con dirección Este, hasta una boya situada junto a la Isla das Lajes. A continuación los barcos viraron hacia la turística playa de Copacabana en busca de la boya puesta junto a la isla de Cotunduba.
En ese punto la caravana se dispersó, pues cada barco quedó en libertad para elegir el camino para arribar al archipiélago de Fernando de Noronha, meta volante de la quinta etapa, distante 1.200 millas de la salida. El segundo tramo de la quinta etapa va hasta la entrada de la bahía de Chesapeake en la costa oeste de Estados Unidos y el tercero y último en el interior de la bahía al puerto de Baltimore. Temprano los equipos mantuvieron hasta el último minuto el parte meteorológico definitivo para trimar o poner a punto las velas y demás aparejos del barco.
Además de los ya confirmados vientos tenues o ligeros, la etapa debe transcurrir bajo el rigor del calor y la humedad, y múltiples desafíos para la habilidad en la recta final: las últimas cien millas (185 kilómetros), en la bahía de Chesapeake, localizada en la costa oeste de Estados Unidos. Este tramo plantea una abertura muy estrecha, con vientos difíciles y llena de obstáculos.
Con la cómoda ventaja de puntos y la tranquilidad que proporciona el diseño del ABN Amro 1 para vientos moderados, su tripulación se ha metalizado en los últimos días para administrar el caudal y permanecer ajena a la batalla de los otros barcos por el podio. La lucha en los siguientes puestos de la clasificación se presenta totalmente abierta, porque sólo ocho puntos separan al segundo clasificado, el ABN Amro 2 del francés Sebastián Jossé, del quinto lugar que ahora ocupa el Brazil 1 de Torben Grael.