(Libertad Digital) El jugarse el pase a una final de la Copa de la UEFA merecía un partido de alto voltaje y eso es lo que se vio desde el pitido inicial en un Sánchez Pizjuán a reventar y que quiso llevar a los suyos a esa victoria que daba la gloria. Así, el Sevilla empezó teniendo el control del balón y buscó con ganas los espacios para penetrar hacia el área rival, pero el Schalke le dejó pocos huecos con un poblado centro del campo, donde Lincoln fue el encargado de la parcela creativa para darle juego a los Kuranyi y Asamoah, éste último escorado a su derecha.
La disposición táctica del equipo que entrena Mirko Slomka se asentó conforme avanzó el encuentro e incluso le restó algo protagonismo a los locales, que tuvieron que apretar en defensa para no encajar el gol que les alejaría de la final. Pero esa circunstancia también permitió a los hombres de Juande Ramos montar rápidos contraataques, aunque tanto Saviola como Luis Fabiano siempre se vieron acorralados por los centrales del Schalke, el brasileño Bordon y el uruguayo Darío Rodríguez. Fue entonces cuando el Sevilla, casi siempre por la banda izquierda, creó peligro ante el marco de Rost con incursiones de Adriano y Luis Fabiano y, posteriormente con otros intentos de Saviola y Aitor Ocio, aunque al descanso se llegó con el empate a cero inicial.
No cambió mucho el guión en los primeros compases de la segunda parte, con un Sevilla bien parapetado atrás pero también con muchas dificultades para encontrar un último pase que se tradujera en el ansiado 1-0. Conforme pasaban los minutos, los andaluces empezaban a dominar y a crear ocasiones ante un rival que pareció esperar a una acción aislada para sentenciar la eliminatoria. El conjunto alemán encontró estas oportunidades, aunque siempre fueron bien resueltas por la defensa de un equipo que mantuvo la fe en marcar aunque sin saber cómo. Las ansias del Sevilla se convirtieron en desesperación y eso favoreció a los intereses del conjunto de Gelsenkirchen, que trató de dar el golpe definitivo pero sin llegar a moverse el marcador tras los 90 minutos reglamentarios, con lo que se llegaría a la prórroga.
La disposición táctica del equipo que entrena Mirko Slomka se asentó conforme avanzó el encuentro e incluso le restó algo protagonismo a los locales, que tuvieron que apretar en defensa para no encajar el gol que les alejaría de la final. Pero esa circunstancia también permitió a los hombres de Juande Ramos montar rápidos contraataques, aunque tanto Saviola como Luis Fabiano siempre se vieron acorralados por los centrales del Schalke, el brasileño Bordon y el uruguayo Darío Rodríguez. Fue entonces cuando el Sevilla, casi siempre por la banda izquierda, creó peligro ante el marco de Rost con incursiones de Adriano y Luis Fabiano y, posteriormente con otros intentos de Saviola y Aitor Ocio, aunque al descanso se llegó con el empate a cero inicial.
No cambió mucho el guión en los primeros compases de la segunda parte, con un Sevilla bien parapetado atrás pero también con muchas dificultades para encontrar un último pase que se tradujera en el ansiado 1-0. Conforme pasaban los minutos, los andaluces empezaban a dominar y a crear ocasiones ante un rival que pareció esperar a una acción aislada para sentenciar la eliminatoria. El conjunto alemán encontró estas oportunidades, aunque siempre fueron bien resueltas por la defensa de un equipo que mantuvo la fe en marcar aunque sin saber cómo. Las ansias del Sevilla se convirtieron en desesperación y eso favoreció a los intereses del conjunto de Gelsenkirchen, que trató de dar el golpe definitivo pero sin llegar a moverse el marcador tras los 90 minutos reglamentarios, con lo que se llegaría a la prórroga.
En el tiempo extra se notó el lógico desgaste físico de ambos equipos y también el miedo a encajar un gol que llegaría a los 101 minutos de juego. Alentado por su público, el Sevilla empezaba a frotarse los ojos y ver que el billete para Eindhoven estaba más cerca cuando Antonio Puerta, de perfecto zurdazo al borde del área, batía a Rost y ponía el 1-0 en el marcador. Quedaban veinte minutos por delante y al Schalke le entraron las prisas.
En los instantes finales, Juande aprovechó para meter en el campo a Ariza Makukula, que reaparecía tras la temporada en blanco por una grave lesión de rodilla. Los de Mirka Slomka se volcaron en busca del tanto del empate que les metiera en la final, pero se toparon con un Andrés Palop soberbio, como siempre. Al final, victoria por la mínima y billete para Eindhoven en el bolsillo ante el delirio de una entregada afición, que prefirió arropar a los suyos en este momento a disfrutar de la Feria de Abril, pues tiempo hay de sobra para disfrutar de las sevillanas, el rebujito y el jamón.
Ficha técnica del partido
Schalke 04, 0: Rost; Rafinha, Bordon, Darío Rodríguez (Larsen, m.82), Kobiashvili; Ernst, Poulsen, Lincoln, Bajramovic (Varela, m.62); Asamoah (Sand, m.91) y Kuranyi
Gol: 1-0, m.101: Puerta
Árbitro: Massimo De Santis (Italia). Mostró tarjeta amarilla a Kuranyi (m.10), Darío Rodríguez (m.33), Varela (m.89) y Ernst (m.95), por parte del Schalke 04; y a Puerta (m.78), Aitor Ocio (m.115) y Makukula (m.118), por el Sevilla. Expulsó al preparador físico sevillista Marcos Álvarez (m.118).
Incidencias: Partido de vuelta de semifinales de la Copa de la UEFA disputado ante unos 46.000 espectadores, entre ellos unos 1.300 seguidores del Schalke, que llenaron el estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Antes del encuentro, el cantante Javier Labandón El Arrebato interpretó el himno del centenario del Sevilla