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El Ciudad Real vuelve a pasar por encima del Portland para conquistar su primera Liga de Campeones (37-28)

A la segunda ha ido la vencida. Después de perder la final del año pasado ante el Barcelona, esta vez el Ciudad Real no ha dado opciones al Portland San Antonio y se ha adjudicado la Liga de Campeones de balonmano por primera vez en su historia. El equipo navarro tenía que apelar a la épica para remontar la diferencia de seis goles de la ida (19-25), pero también ha salido escaldado del Quijote Arena (37-28). El Ciudad Real es el quinto equipo español que inscribe su nombre en el palmarés de esta competición tras el Barcelona, Elgorriaga Bidasosa, Teka Cantabria y Portland.

A la segunda ha ido la vencida. Después de perder la final del año pasado ante el Barcelona, esta vez el Ciudad Real no ha dado opciones al Portland San Antonio y se ha adjudicado la Liga de Campeones de balonmano por primera vez en su historia. El equipo navarro tenía que apelar a la épica para remontar la diferencia de seis goles de la ida (19-25), pero también ha salido escaldado del Quijote Arena (37-28). El Ciudad Real es el quinto equipo español que inscribe su nombre en el palmarés de esta competición tras el Barcelona, Elgorriaga Bidasosa, Teka Cantabria y Portland.

L D (EFE) El BM Ciudad Real se ha confirmado ante su entregada afición como el mejor equipo de Europa, por primera vez en su historia, después de dar un buen repaso al Portland San Antonio, que salvo los primeros minutos estuvo fuera del partido, consciente quizá que era imposible enjugar su desventaja del choque de ida, lo que le condicionó durante todo el encuentro en el Quijote Arena. Con la vista puesta en dosificar la renta alcanzada en el Universitario de Pamplona, al amparo de esa valiosísima ventaja de seis goles, los nuevos campeones de Europa jugaron al ralentí, sin importarles mucho que el grupo de 'Zupo' Equisoaín mantuviera el equilibrio en el juego y marcador en los primeros compases.

Bastó que el cuadro manchego impusiera su ley defensiva para marcar su territorio. Con Sterbik otra vez espléndido, como ocurrió en Pamplona, los de Talant Dusjhebaev comenzaron a poner tierra de por medio, sin prisa, sobre todo a partir de que la máquina ofensiva empezara a golpear sin compasión la meta hoy defendida por Svensson. Con el paso de los minutos se agigantó el dominio manchego, tan seguro de su defensa como poderoso en ataque, en especial su pivote Urios, inconmensurable, que como un auténtico martillo pilón machacó a los descorazonados antonianos, incapaces de parar la fortaleza del hispano-cubano cada vez que recibió en los seis metros.

Los de 'Zupo', anulado su cerebro Balic y sin que Albert Rocas pudiera ser tan eficaz como en Pamplona, se entregaron a su suerte. Dos goles entre los minutos 10 y 20 le condenaron por completo. Ya no fue capaz de levantar cabeza, porque a Urios se le sumaron Stefansson, brillante, y Rutenka para poner al intermedio un rotundo 21-11. La Copa tenía un único dueño. En los primeros minutos del segundo periodo, Portland sacó la cabeza y con un ataque tan anárquico como desordenado pareció recortar la desventaja. Pero fue un espejismo, porque los locales volvieron al camino anterior, de eficacia. Con Stefansson marcando la diferencia atacante, los de 'Zupo' Equisoaín ya solo pensaron en encajar la derrota menos dolorosa posible.

Todos los cambios tácticos que realizó el técnico antoniano, con Balic ya en el banquillo, Rocas como lateral y Ruesga de director de orquesta le sirvió, al menos, para maquillar el resultado, con la ayuda desde los siete metros de Boesen. En el cuarto final de partido sólo quedaba por saber la diferencia a favor de los de Talant Dujshebaev, quienes ya no necesitaron forzar lo más mínimo para aceptar el intercambio de goles con un Portland rendido, a todas luces inferior y que sólo estuvo metido en el partido los diez primeros minutos.

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