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INVESTIGAN POR LO MISMO A OTRAS SIETE FAMILIAS

Detienen a tres parejas rumanas que utilizaron a quince menores para cometer 600 delitos

Agentes de la Policía autónoma, en colaboración con la Policía Nacional, que han detenido a tres matrimonios de gitanos rumanos acusados de usar a quince menores a su cargo para cometer unos 600 delitos en Barcelona, investigan a otras siete familias que cada día envían a robar a las calles a sus entre 30 y 35 hijos y sobrinos menores de 14 años.

L D (Agencias)  La consejera de Interior, Montserrat Tura, ha anunciado que en todo el territorio catalán agentes de la policía autónoma emprenderán la misma estrategia utilizada para denunciar y encarcelar a las tres parejas de rumanos que aleccionaban a sus hijos menores de 14 años para robar aprovechando que son "inimputables" por su edad.

"Hemos abierto una posibilidad de actuación para combatir la pequeña delincuencia reincidente, que es la que genera una mayor sensación de inseguridad ciudadana", ha señalado la consellera en referencia a los repetidos robos de teléfonos móviles, carteras o cámaras que perpetran menores en Barcelona, informó Efe.

Obligaciones familiares

Las tres parejas detenidas y encarceladas, supuestamente coordinadas por Cercel G., un rumano que ostentaba una posición de liderazgo en la comunidad gitana de una zona de aquel país, están acusadas no sólo de dirigir e inducir los robos de sus hijos, sino también de asociación ilícita y de un delito contra los deberes y obligaciones familiares.

"Utilizar a menores como mero instrumento para delinquir es doblemente triste, doblemente grave, doblemente perseguible", ha señalado Tura, que ha anunciado que la policía no dejará impune ningún hecho delictivo cometido por menores y que en los casos de multirreincidencia investigarán si sus padres son los inductores.

Otras siete familias

El jefe del área de investigación, el inspector Josep Lluís Trapero, ha reconocido que la policía autonómica tiene datos sobre siete familias, también rumanas y residentes en el área metropolitana de Barcelona, que envían a sus hijos menores de 14 años a robar por las calles de la capital. "Normalmente se inician en estas labores delictivas entre los 7 y 8 años y dejan de actuar de esta manera cuando cumplen los 14 porque ya dejan de ser inimputables", ha explicado Trapero.

Por su parte, Tura se ha mostrado tajante: "es inadmisible la utilización por parte de unos padres de sus hijos como instrumentos delictivos y no sólo eso, sino que hayan descuidado su educación, su alimentación, su descanso y únicamente se preocupen de aleccionarles sobre cómo robar y en lo que tienen que decir si los pillaba la policía".

Operación Bucarest

Las tres parejas detenidas y encarceladas en la denominada "Operación Bucarest" operaban en Barcelona desde hace unos dos años, según la policía autonómica, que ha documentado más de seiscientos pequeños robos y hurtos supuestamente cometidos por algunos de los trece hijos que sumaban las tres parejas y que han pasado a tutela de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia de la Generalidad.

Se trata de la primera vez que en España la policía logra estructurar la argumentación jurídica para acusar a los padres por delitos cometidos por sus hijos, dijeron. 

En la llamada Operación Bucarest, agentes de la policía autonómica especializados en delincuentes reincidentes empezó a investigar a las familias Mihai, con cinco hijos a su cargo; Paun, con cuatro hijos; y Gheorghe, con otros tantos menores, las dos primeras por la acumulación de un elevado número de expedientes abiertos y la tercera, por la posición destacada del progenitor dentro de la comunidad rumana asentada en el área metropolitana de Barcelona.

Más de 600 delitos

Los hijos e hijas de las tres familias, dirigidos y supervisados por sus padres, acumulaban más de 600 hechos delictivos en los dos últimos años, de los cuales unos 250 fueron protagonizados por menores de 14 años.

Las parejas fueron detenidas el pasado miércoles en una vivienda de la calle Nápols de Badalona, en otro domicilio de la calle Alfons XII de la misma localidad, y la tercera en Madrid, adonde la pareja se había trasladado la semana pasada, ya que hasta entonces residía en la calle Quevedo de Badalona.

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