L D (EFE) El movimiento fue continúo en los 190 kilómetros de viaje, entre las localidades de la costa adriática de Termoli y Peschici, en el tacón de la bota de la península italiana, pues primero el temor al viento que afortunadamente lo hizo de forma moderada en algunos tramos y por ello que los esperados cortes fueran mínimos y después el final con infinidad de toboganes y carreteras estrechas y sinuosas. Pellizotti, lugarteniente de su compatriota Danilo di Luca, aprovechó a la perfección la ocasión que se le presento, pues su objetivo en la salida era entrar en las fugas para defender los intereses de su jefe de filas, función que no olvido y al mismo tiempo aprovechó para llevarse la victoria cuando todo estaba ya controlado en el pelotón principal.
El flamante ganador ha invertido en los 190 kilómetros de la jornada un tiempo de cuatro horas, 39 minutos y 47 segundos, el mismo que el ruso Vlamidir Efimkin y dos menos que el kazako Serguei Yakolev. El grupo del líder Basso llegaba a 3:23 minutos, por lo que la general no sufre cambios en sus primeros puestos. Tras Basso está José Enrique Gutiérrez a 1:34 y Damiano Cunego a 1:48 minutos.
La jornada se inició con bastante tensión, y por ello que desde el banderazo de salida los ataques comenzaron a ser una constante, aunque ninguno de ellos prospero debido al buen control del equipo del líder Iván Basso. El ligero viento de costado en algunas zonas de la costa hizo extremar las precauciones a Basso y los suyos y, un día más, tuvo en el español Carlos Sastre a su fiel escudero, pues se mostró muy activo organizando la neutralización de las escapadas e incluso logró entrar en una de ellas para dificultar la marcha de los que pretendían llegar en solitario a la línea de meta.
Mucho movimiento en la primera mitad de la etapa y con muchas alternativas en los diferentes cortes que se produjeron siendo los corredores españoles de los mas activos, pues por primera vez componentes del Caisse D'Epargne, Liberty Seguros y Saunir Duval metían a alguno de los suyos en esos cortes. Sólo faltaba un representante del Euskaltel Euskadi, el más batallador de los representantes españoles en lo que va de Giro. Así, con muchos tirones y sobresaltos se fueron consumiendo gran parte de los 187 kilómetros de viaje. Había prisa por llegar a Peschici, ya que poco después debían de emprender viaje, primero en autobús y luego en avión hacía la otra costa, al Tirreno, donde el jueves se reanudará la carrera en Pontedera.
En la parte final de la etapa, la más difícil, con un trazado rompepiernas debido a los numerosos toboganes, aunque sólo puntuaba para el premio de la montaña el alto de San Angelo, catalogado de tercera, las carreteras eran sinuosas y estrechas donde era muy difícil maniobrar debido a esas curvas de herradura donde había que levantar el pie y tocar lo justo el manubrio del freno para no perder el equilibrio. Unos kilómetros finales muy complicados y en los que lo mejor era viajar en solitario o en un grupo reducido para evitar sobresaltos en la bajada que conducía al pie de la pequeña montaña que da acceso a la localidad de Peschici, una de las cunas del peregrinaje cristiano y en cuya cúspide se encontraba la línea de meta tras un par de kilómetros muy retorcidos y con desniveles que llegan hasta el siete por ciento.
Fue el belga Axel Merckx el que dejaba a falta de una docena de kilómetros a sus compañeros de fuga en la que había varios representantes de equipos españoles, pero no dosificó bien y su aventura llegaba a su fin a falta de unos cien metros para el final al ser neutralizado y superado por el flamante ganador Pellizotti al superar en su esprint particular al ruso Vladimir Efimkin del Caisse D'Epargne y al kazako Serguei Yakolev del Liberty Seguros.
Este miércoles será la segunda jornada descanso/traslado, una excursión de cerca de 750 kilómetros, pues la caravana se desplaza desde el tacón de la bota de la península italiana, desde la localidad de Peschici, en la costa adriática a la de Pontedera, en el litoral del Tirreno, localidad donde el jueves se reanudará la carrera con una contrarreloj individual de 50 kilómetros.
El flamante ganador ha invertido en los 190 kilómetros de la jornada un tiempo de cuatro horas, 39 minutos y 47 segundos, el mismo que el ruso Vlamidir Efimkin y dos menos que el kazako Serguei Yakolev. El grupo del líder Basso llegaba a 3:23 minutos, por lo que la general no sufre cambios en sus primeros puestos. Tras Basso está José Enrique Gutiérrez a 1:34 y Damiano Cunego a 1:48 minutos.
La jornada se inició con bastante tensión, y por ello que desde el banderazo de salida los ataques comenzaron a ser una constante, aunque ninguno de ellos prospero debido al buen control del equipo del líder Iván Basso. El ligero viento de costado en algunas zonas de la costa hizo extremar las precauciones a Basso y los suyos y, un día más, tuvo en el español Carlos Sastre a su fiel escudero, pues se mostró muy activo organizando la neutralización de las escapadas e incluso logró entrar en una de ellas para dificultar la marcha de los que pretendían llegar en solitario a la línea de meta.
Mucho movimiento en la primera mitad de la etapa y con muchas alternativas en los diferentes cortes que se produjeron siendo los corredores españoles de los mas activos, pues por primera vez componentes del Caisse D'Epargne, Liberty Seguros y Saunir Duval metían a alguno de los suyos en esos cortes. Sólo faltaba un representante del Euskaltel Euskadi, el más batallador de los representantes españoles en lo que va de Giro. Así, con muchos tirones y sobresaltos se fueron consumiendo gran parte de los 187 kilómetros de viaje. Había prisa por llegar a Peschici, ya que poco después debían de emprender viaje, primero en autobús y luego en avión hacía la otra costa, al Tirreno, donde el jueves se reanudará la carrera en Pontedera.
En la parte final de la etapa, la más difícil, con un trazado rompepiernas debido a los numerosos toboganes, aunque sólo puntuaba para el premio de la montaña el alto de San Angelo, catalogado de tercera, las carreteras eran sinuosas y estrechas donde era muy difícil maniobrar debido a esas curvas de herradura donde había que levantar el pie y tocar lo justo el manubrio del freno para no perder el equilibrio. Unos kilómetros finales muy complicados y en los que lo mejor era viajar en solitario o en un grupo reducido para evitar sobresaltos en la bajada que conducía al pie de la pequeña montaña que da acceso a la localidad de Peschici, una de las cunas del peregrinaje cristiano y en cuya cúspide se encontraba la línea de meta tras un par de kilómetros muy retorcidos y con desniveles que llegan hasta el siete por ciento.
Fue el belga Axel Merckx el que dejaba a falta de una docena de kilómetros a sus compañeros de fuga en la que había varios representantes de equipos españoles, pero no dosificó bien y su aventura llegaba a su fin a falta de unos cien metros para el final al ser neutralizado y superado por el flamante ganador Pellizotti al superar en su esprint particular al ruso Vladimir Efimkin del Caisse D'Epargne y al kazako Serguei Yakolev del Liberty Seguros.
Este miércoles será la segunda jornada descanso/traslado, una excursión de cerca de 750 kilómetros, pues la caravana se desplaza desde el tacón de la bota de la península italiana, desde la localidad de Peschici, en la costa adriática a la de Pontedera, en el litoral del Tirreno, localidad donde el jueves se reanudará la carrera con una contrarreloj individual de 50 kilómetros.