L D (Agencias) Necesitaba al menos un birdie para tener oportunidades de avanzar, pero no logró dominar los greenes y las ovaciones de los 3.500 espectadores que la alentaron durante la jornada terminaron como un tibio aplauso al final del día.
Wie finalizó en 143 golpes -uno bajo par-, un marcador que habría sido suficiente para avanzar a la siguiente ronda si esto hubiera sido un torneo, pero que la ha dejado sin un logro histórico.
"Estoy muy orgulloso de ella. Un poco decepcionado, pero orgulloso. Creo que Michelle ha demostrado que para una mujer es posible jugar en un grande contra hombres", señalaba su padre, B.J. Wie.
Ahora la hawaiana, de 16 años, tendrá que conformarse con disputar otro major y de momento viajará al campo de Bulle Rock, al norte de Baltimore, para jugar el Campeonato de la LPGA, donde fue finalista el año pasado y en el que figurará entre las favoritas.