LD (EFE) Según publica el periódico israelí Haaretz, el ministro de Defensa, Amir Peretz, ordenó a los planificadores de la valla de seguridad una revisión del trazado de la valla de seguridad en el tramo pendiente del distrito de Jerusalén. Las líneas previstas dejarían "al otro lado de la valla" a unos doscientos mil palestinos con residencia reconocida en Israel. Los afectados perderían los servicios de los que ahora gozan como la atención médica o la seguridad social.
La decisión de Peretz sucede al reciente fallo del Tribunal Superior de Justicia, que la semana pasada ordenó desmantelar y volver a diseñar cinco kilómetros de la valla, cuyo itinerario permitía la anexión de tierras de dos aldeas palestinas, al norte de la ciudad de Kalkilia, para el asentamiento israelí de Tzofin.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abú Mazen, aspira a establecer en Jerusalén este la capital de un futuro Estado independiente en los territorios de Cisjordania, y en la franja autónoma de Gaza. En tal caso, los vecinos que quedaran "al otro lado de la valla", podrían formar parte de la población de ese Estado.
Aunque para el Gobierno del primer ministro israelí, Ehud Olmert, la ciudad de Jerusalén es "capital exclusiva e indivisible de Israel", en el sector pacifista, incluido el Partido Laborista, que preside Peretz, no existe oposición a que en los barrios árabes de la ciudad, habitados por unos 250.000 palestinos, se establezca esa capital.