L D (EFE) El último paso que resta para la promulgación de la ley es la firma de la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo. "La ley será enviada en los próximos días a Malacañang (sede de la presidencia) para ser ratificada por la presidenta", dijo Albao, quien opinó que esto podría ocurrir "a principios de la semana próxima.
La abolición de la pena capital beneficiará en primer lugar a los cerca de mil condenados que se encuentran actualmente en el corredor de la muerte, entre ellos el hispano-filipino Francisco Larrañaga, que sigue clamando su inocencia del crimen de asesinato y secuestro ocurrido en 1997 por el que se le condenó.
La ley que abole la pena de muerte prevé la prisión a perpetuidad para los crímenes que hasta ahora se castigaban con la pena capital. Con la nueva legislación, Filipinas se convierte en el cuarto país de la región de Asia-Pacífico sin pena capital, junto con Australia, Nueva Zelanda y Timor Oriental.
La presidenta Arroyo, que ha tenido que hacer frente a la oposición de varios sectores de la sociedad filipina favorables a la pena capital, entre ellos asociaciones de víctimas de secuestros y asesinatos, alegó en su campaña por la abolición que este castigo "ha mostrado que no es útil a su principal propósito de servir de disuasión para que no se cometan crímenes horrendos". La aprobación de la ley que elimina la pena de muerte se produce apenas dos días antes de que el Congreso entre en receso y una vez que Arroyo instara a ambas cámaras a acelerar los trámites.
La abolición de la pena capital beneficiará en primer lugar a los cerca de mil condenados que se encuentran actualmente en el corredor de la muerte, entre ellos el hispano-filipino Francisco Larrañaga, que sigue clamando su inocencia del crimen de asesinato y secuestro ocurrido en 1997 por el que se le condenó.
La ley que abole la pena de muerte prevé la prisión a perpetuidad para los crímenes que hasta ahora se castigaban con la pena capital. Con la nueva legislación, Filipinas se convierte en el cuarto país de la región de Asia-Pacífico sin pena capital, junto con Australia, Nueva Zelanda y Timor Oriental.
La presidenta Arroyo, que ha tenido que hacer frente a la oposición de varios sectores de la sociedad filipina favorables a la pena capital, entre ellos asociaciones de víctimas de secuestros y asesinatos, alegó en su campaña por la abolición que este castigo "ha mostrado que no es útil a su principal propósito de servir de disuasión para que no se cometan crímenes horrendos". La aprobación de la ley que elimina la pena de muerte se produce apenas dos días antes de que el Congreso entre en receso y una vez que Arroyo instara a ambas cámaras a acelerar los trámites.