L D (EFE) Los cadáveres fueron encontrados con impactos de bala en sus cuerpos en su domicilio de la calle San Josep, número 76, y según fuentes de la investigación llevaban unas 12 horas muertos.
Las fuentes añadieron que, al parecer y según los primeros indicios, la mujer de 34 años, identificada como L.A. y natural de Ibarsos (Castellón), fue disparada por una escopeta, supuestamente por su marido, F.R. de 29 años nacido en el mismo Cabanes, cuando ambos se encontraban en su casa familiar, que tiene dos alturas y planta baja.
La mujer fue hallada en la cama de matrimonio, en medio de un charco de sangre, y el hombre en otra habitación también con un disparo que al parecer se había efectuado el mismo. Los medios que investigan el caso han sabido que el hombre sufría una fuerte depresión y pese a que socialmente el matrimonio tenía un compartimiento normal y afectuoso, en la intimidad habían tenido varias desavenencias confirmadas a través de familiares y amigos.
Comportamiento normal
Los cónyuges habían estado con un grupo de amigos en el parque de ocio de Port Aventura en la provincia de Tarragona, pasando un día de esparcimiento sin que los amigos que les acompañaron notaran nada extraño en su relación, confirmaron las fuentes que investigan el caso.
La pareja, dijeron las fuentes, que había contraído matrimonio el pasado mes de junio y que se había conocido hace un par de años en un fábrica de ladrillos en la que eran compañeros, fue hallada muerta sobre las 20.30 horas del martes por la madre del joven quien acudió a la casa de ambos alarmada por no haber tenido noticia de ellos en todo el día.
La madre del hombre, que era aficionado a la caza, no sabía nada de ninguno de los dos y no había tenido contacto con la pareja desde anoche, tras regresar de su excursión a Port Aventura. Después de numerosas llamadas y tras haberse cerciorado de que ninguno de los dos había acudido a su trabajo se presentó en la casa donde encontró los cadáveres.
Al lugar del suceso se han desplazado cinco agentes de la brigada científica de la Guardia Civil y varios efectivos de este cuerpo, además del médico forense y la autoridad judicial. Aunque los investigadores barajan que se trata de un asunto de violencia de género, la Guardia Civil ha abierto una investigación para averiguar las circunstancias en que se produjeron las muertes.