L D (EFE) Suma quince puntos en la clasificación, lo que le deja a uno del estadounidense James Blake y le permite mantener la ventaja con los seguidores, el chileno Fernando González y el croata Mario Ancic. Sexto favorito en París, el catalán se medirá en octavos de final al francés Paul-Henri Mathieu, que hoy se impuso al serbio Novak Djokovic, duodécimo favorito, por 7-6(11), 7-6(4).
Robredo aguardó demasiado para comenzar a desplegar su juego y en la primera manga estuvo a merced del francés, que se impuso con claridad en poco más de media hora. El español parecía no darse cuenta de la importancia de la victoria con la perspectiva de poder jugar en Shangai y el partido parecía prometido al marsellés. En inicio del segundo set hacía prever lo peor, cuando Robredo cedió su saque de salida y, aunque lo recuperó, volvió a perderlo en el tercer juego.
El francés volvió a romper el saque en el séptimo juego y parecía ir directo a la victoria que le dejaba en buena disposición para avanzar en un torneo que ganó en 2001. Pero lo dio miedo perder. En el octavo juego estuvo a dos puntos de la victoria pero el catalán se rehizo y levantó el set. Con la importante inyección de moral que supuso el triunfo y el agotamiento físico del francés, que había jugado la víspera y que tuvo que recurrir al masajista víctima de calambres, el encuentro fue escorando del lado del español.
En la última manga Robredo comenzó cediendo el saque, pero seguidamente encadenó cuatro juegos consecutivos que le dejaron a las puertas de la victoria, que logró en dos horas y cuarto de juego.
Robredo aguardó demasiado para comenzar a desplegar su juego y en la primera manga estuvo a merced del francés, que se impuso con claridad en poco más de media hora. El español parecía no darse cuenta de la importancia de la victoria con la perspectiva de poder jugar en Shangai y el partido parecía prometido al marsellés. En inicio del segundo set hacía prever lo peor, cuando Robredo cedió su saque de salida y, aunque lo recuperó, volvió a perderlo en el tercer juego.
El francés volvió a romper el saque en el séptimo juego y parecía ir directo a la victoria que le dejaba en buena disposición para avanzar en un torneo que ganó en 2001. Pero lo dio miedo perder. En el octavo juego estuvo a dos puntos de la victoria pero el catalán se rehizo y levantó el set. Con la importante inyección de moral que supuso el triunfo y el agotamiento físico del francés, que había jugado la víspera y que tuvo que recurrir al masajista víctima de calambres, el encuentro fue escorando del lado del español.
En la última manga Robredo comenzó cediendo el saque, pero seguidamente encadenó cuatro juegos consecutivos que le dejaron a las puertas de la victoria, que logró en dos horas y cuarto de juego.