La Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) echa de menos en el currículum de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos del cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) una formación de los alumnos en relación al "patriotismo". "Es lastimoso que el prejuicio o la necesidad de tratar estos temas con las comunidades autónomas lleven a perder la oportunidad escolar para impulsar sentimientos nobles que todos los pueblos cultivan", lamenta.
"Cuando vemos con envidia el modo en que otros países honran sus banderas o muestran su amor por la propia patria, resalta de manera singular la ausencia de todo comentario en esta dirección en el actual texto", explica esta patronal educativa en un comunicado. A su juicio, es necesario esta enseñanza cuando se pretende formar a los ciudadanos en el conocimiento y respeto por las propias tradiciones y modos de vida y el de las leyes de la nación en la que viven.
Entre otras cuestiones, critican también que en "numerosas ocasiones" se enfoque la formación ética a través de dilemas. CECE no ve conveniente este método a la hora de formar a personas jóvenes que, junto con el intenso respaldo que se da constantemente en su formación a la aceptación de soluciones democráticas, "puede resultar que el criterio que se esté formando en esas generaciones sea el de aceptación de lo que suscribe la mayoría y uso de ese resultado como criterio de bondad".
Los homosexuales
En los otros tres cursos de ESO, CECE señala como principal dificultad el "intento" de homologar ante la juventud española de 12 a 15 años el modelo de familia resultante de las uniones entre homosexuales, así como la legitimidad de los comportamientos homosexuales. "Una cosa es la declaración formal que les da legalidad y otra que la escuela deba enseñar a todos algo que no está en las convicciones de la mayoría y que pocos padres pueden desear para sus hijos e hijas", señala esta organización empresarial.
Asuntos que pertenecen a la esfera íntima y personal
Sobre Primaria, critica sobre todo, además de la "difícil concreción" de los modos de evaluar, objetivos de formar en asuntos que pertenecen a la esfera íntima de la persona y cuya formación, según CECE, debe reservarse a la familia, como la autoestima, la afectividad y la autonomía personal en sus relaciones con los demás así como habilidades emocionales. Asimismo, rechaza la posibilidad de que el docente de la materia desarrolle su particular concepto de familia.
En todo caso, aceptaría globalmente la nueva materia si se suprimen los elementos "sospechosos de adoctrinamiento" y los enfoques sobre los homosexuales, se reducen los contenidos y criterios de evaluación al aprendizaje de conceptos y al reconocimiento de soluciones "buenas" y se evitan momentos del proceso formativo en los que el criterio quede formado por la decisión de la mayoría, tal y como expresa la propia patronal.