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Diputados mexicanos siguen sin desalojar la tribuna del Congreso horas antes de la investidura de Calderón

Los dirigentes de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión no han encontrado una solución a la crisis de la Cámara de Diputados que amenaza con entorpecer la ceremonia de investidura de Felipe Calderón como presidente de México. El acto deberá tener lugar este viernes con la presencia de catorce jefes de Estado y de Gobierno. Unos ochenta diputados del PAN y quince del PRD han dormido por segundo día en la zona de la presidencia legislativa. Después de varias rondas de choques a golpes y patadas, los conservadores e izquierdistas comparten el estrado tras sellar un pacto verbal de no agresión. Medios de comunicación locales han informado que se negocia la posibilidad de cambiar la sede de la ceremonia oficial.

Los dirigentes de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión no han encontrado una solución a la crisis de la Cámara de Diputados que amenaza con entorpecer la ceremonia de investidura de Felipe Calderón como presidente de México. El acto deberá tener lugar este viernes con la presencia de catorce jefes de Estado y de Gobierno. Unos ochenta diputados del PAN y quince del PRD han dormido por segundo día en la zona de la presidencia legislativa. Después de varias rondas de choques a golpes y patadas, los conservadores e izquierdistas comparten el estrado tras sellar un pacto verbal de no agresión. Medios de comunicación locales han informado que se negocia la posibilidad de cambiar la sede de la ceremonia oficial.
LD (Agencias) Héctor Larios, el coordinador de los diputados del oficialista Partido Acción Nacional (PAN) y el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño, anunciaron, según publica el periódico mexicano El Universal, que Felipe Calderón Hinojosa recibirá la banda que lo acredita como presidente de México en el salón de plenos del palacio legislativo de San Lázaro, cuya tribuna es ocupada por legisladores panistas y del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
 
Tras un encuentro que tuvo lugar en la casa de transición que utiliza Calderón, los legisladores explicaron que informaron a Calderón de las condiciones que hay en la sede del Congreso de la Unión. Además, señalaron que se acordó que no habrá una sede alterna para la ceremonia a la que asistirán catorce jefes de Estado y de Gobierno. Larios sostuvo que es el PAN quien tiene el control de la tribuna y garantizarán que Calderón rinda protesta.
 
Zermeño, quien ha sostenido negociaciones con los coordinadores parlamentarios de los partidos políticos, informó a la prensa de que no hay acuerdos concretos de solución a la crisis iniciada este miércoles cuando legisladores de izquierda y derecha se enfrentaron a golpes para hacerse con la tribuna, que no han desalojado. "Estamos transitando en algunos acuerdos", adelantó pero dijo que se abrió una espacio de varias horas para "concretar algunas cosas".
 
Explicó que el PAN y el PRD han pedido hasta este jueves para "concretar algunas cosas", pero no dio más detalles. Entre las propuestas de solución, según indicaron varios medios de comunicación, se ha planteado cambiar la sede de la ceremonia. En una conferencia de prensa, el dirigente nacional del PRI, Mariano Palacios, pidió al actual presidente Vicente Fox que no acuda a la ceremonia de transmisión de poderes porque su presencia podría complicar aún más la situación en San Lázaro. Sin embargo, el portavoz presidencial, Rubén Aguilar, anunció que el mandatario acudirá a entregar la banda presidencial.
 
Reality show
 
En la sede legislativa, por segunda noche consecutiva, unos ochenta diputados del PAN y quince del PRD han dormido resguardando cada centímetro de la tribuna. Tras un varias rondas de choques a golpes y patadas, los diputados de ambos bandos comparten el estrado después de que sus dirigentes alcanzaran un acuerdo verbal de no agresión. El conflicto ha sido llamado "reality show": el canal de televisión del Congreso ha transmitido casi ininterrumpidamente el grotesco espectáculo que ha estado aderezado de riñas e insultos, pero también de largas horas de aburrimiento.
 
Las cámaras mostraron a algunos de los "ocupas" mientras dormían, a otros que comían, y a la mayoría de ellos que hablaban por teléfono móvil, e incluso fumaban. Los más previsores pidieron a sus colaboradores o familiares que les llevaron sacos para dormir y almohadones. La tensión orilló a que los diputados se "programaran" para ir al baño, comer o conceder entrevistas.

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