LD (Agencias) La siniestralidad laboral continúa siendo uno de los principales problemas sociales que sufre nuestro país. Las cifras así lo atestiguan, registrando una media de casi 1000 muertos al año en accidentes de trabajo.
Cuando el PSOE llegó al poder en el año 2004, tras los atentados del 11M, Rodríguez Zapatero puso a Jesús Caldera al frente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Caldera tomó como prioridad, en aquellos primeros momentos, bajar la siniestralidad laboral. En 2004, un total de 946 personas murieron en accidente de trabajo, y por eso, Caldera decidió aumentar el presupuesto destinado a bajar estas cifras hasta los 450 millones de euros. El año siguiente, en 2005, las cifras de siniestralidad volvieron a traer de cabeza al Ejecutivo. Sólo en los ocho primeros meses del año habían muerto casi los mismos que en todo el 2004. La cifra ascendió hasta las 942 personas.
Tras estos resultados Caldera anunció una nueva subida del presupuesto, esta vez serían 127 millones de euros los que el Ejecutivo destinaría a evitar que en 2006 se repitiera la historia. Pues bien, según se ha conocido este martes, desde octubre de 2005 hasta septiembre de 2006 la cifra de muertos en accidente laboral asciende a 970 personas.
Además, según el Secertario de Estado de Empleo, entre octubre de 2005 y septiembre de 2006, se contabilizaron 924.213 siniestros que causaron baja laboral, el 1,3 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior. La mayor parte de los accidentes se produjeron en los servicios (397.921), seguido de la construcción (251.242), la industria (240.651) y el sector agrario (34.399), según la agencia Efe.
Según el Índice de Siniestralidad, entre octubre de 2005 y septiembre de 2006, hubo 924.213 accidentes sobre una población de 15.351.140 afiliados, lo que deja un índice de incidencia de 6.020 accidentes por cada 100.000 trabajadores. A pesar de todo, el secretario de Estado de Empleo considera que "pese a que hay un largo camino por recorrer, los niveles de seguridad están mejorando de forma generalizada", aseguró.
El BOE define las enfermedades profesionales
La normativa desarrolla el Acuerdo sobre Medidas en Materia de Seguridad Social firmado por el Gobierno y los agentes sociales el pasado 13 de julio, dentro de las actuaciones sobre incapacidad permanente y sigue la Recomendación Europea sobre enfermedades profesionales. En este sentido, adecúa la lista de enfermedades profesionales a la realidad productiva actual y modifica el sistema de notificación y registro de ésta para hacer aflorar algunas enfermedades "ocultas" y evitar su "infradeclaración".
Así, la calificación de las enfermedades como profesionales, tanto para trabajadores en situación de alta como de baja, corresponde a las entidades gestoras (Instituto Nacional de la Seguridad Social e Instituto Social de la Marina), sin perjuicio de su tramitación por las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedad profesional. La elaboración y tramitación de los partes de enfermedad es competencias de las entidades gestoras y de las mutuas, mientras que las empresas deberán facilitar la información que obre en su poder y le sea requerida.
Según Trabajo, el reconocimiento de nuevas enfermedades profesionales a partir de 2007 no tendrá una incidencia económica apreciable.