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Bush pide al Congreso de EEUU dominado por los demócratas que dé una oportunidad a su nuevo plan para Irak

El presidente de EEUU, George Bush, ha pedido el apoyo de la mayoría demócrata a su nueva estrategia para pacificar Irak durante su discurso sobre el "Estado de la Unión" pronunciado ante el Congreso. En un tono conciliador y tras elogiar a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, Bush dedicó los casi cincuenta minutos de su intervención a convencer a sus opositores de la conveniencia de incrementar el número de tropas que operan en territorio iraquí. El mandatario dijo que para su país "nada es más importante en este momento de nuestra historia que tener éxito en oriente Medio" y en Irak. Así, advirtió que una retirada de las tropas provocaría el derrumbe del Gobierno iraquí.

El presidente de EEUU, George Bush, ha pedido el apoyo de la mayoría demócrata a su nueva estrategia para pacificar Irak durante su discurso sobre el "Estado de la Unión" pronunciado ante el Congreso. En un tono conciliador y tras elogiar a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, Bush dedicó los casi cincuenta minutos de su intervención a convencer a sus opositores de la conveniencia de incrementar el número de tropas que operan en territorio iraquí. El mandatario dijo que para su país "nada es más importante en este momento de nuestra historia que tener éxito en oriente Medio" y en Irak. Así, advirtió que una retirada de las tropas provocaría el derrumbe del Gobierno iraquí.
LD (EFE) Ante un Congreso dominado por la oposición demócrata, el presidente de EEUU, George Bush, pidió que se le dé una oportunidad a su plan para pacificar Irak. Durante su sexto discurso sobre el "Estado de la Unión", adoptó un tono conciliador que comenzó con alabanzas a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
 
La reacción a las palabras de Bush fue un reflejo de la victoria del Partido Demócrata en las elecciones legislativas del pasado siete de noviembre. Los legisladores le interrumpieron mucho menos con sus aplausos y gran parte del hemiciclo, incluida Pelosi, sentada detrás del podio, no se levantó cuando los correligionarios del presidente se alzaban para ovacionarlo.
 
En el discurso Bush intentó ganarse el apoyo de ambos grupos a su plan para aumentar en 21.500 soldados los efectivos en Irak. Esa estrategia conlleva "la mejor posibilidad éxito" y que las consecuencias de una derrota serían "graves y enormes" y provocarían el derrumbe de la gestión que encabeza el primer ministro Nuri al-Malaki. El retiro de sus soldados de Bagdad antes de que la capital sea declarada segura, aseguró, provocará que "el Gobierno iraquí sería avasallado por los extremistas".
 
El resultado sería una batalla "épica" entre terroristas chiíes, con apoyo de Irán, y los suníes, con respaldo de la red Al-Qaeda, que podría llevar a un conflicto en toda la región, alertó Bush. Ante esta perspectiva, apeló a la unidad y pidió tiempo a los legisladores para su nuevo plan. Dijo que "no importa cómo ustedes votaron (cuando el Congreso aprobó la invasión de Irak), ustedes no votaron por el fracaso. Nuestro país sigue una nueva estrategia en Irak y les pido que le den una oportunidad para funcionar".
 
En otro tema, Bush reconoció que el calentamiento global es "un desafío serio" y apostó por las nuevas tecnologías para abordarlo, pero no habló de establecer límites máximos de emisiones de gases nocivos. Enseguida, enumeró sus medidas para disminuir la sujeción de la economía de EEUU a las importaciones de crudo. "Esa dependencia nos hace más vulnerables a regímenes hostiles y a los terroristas", explicó y añadió que por ello "es vital que diversifiquemos el suministro de energía de EEUU, y la forma de hacerlo es a través de la tecnología".
 
El presidente George Bush propuso reducir el consumo de gasolina en un veinte por ciento para el 2016 mediante el aumento de la proporción de carburantes alternativos, como etanol, biodiesel e hidrógeno, en la mezcla que entra en el tanque de combustible de los vehículos. Su plan también asume que los automóviles consumirán el cuatro por ciento menos al año de media gracias a la adopción de nuevos dispositivos, lo que hará caer la demanda de gasolina.
 
Una vez más, Bush se instó al Congreso a aprobar una reforma migratoria que establezca un programa de trabajadores temporales y regularice a los doce millones de inmigrantes irregulares que residen en el país. Recalcó que "necesitamos mantener la gran tradición del crisol que recibe y asimila a los recién llegados. Necesitamos resolver la situación de los inmigrantes ilegales que ya están en nuestro país, sin animosidad y sin amnistía".

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