L D (Europa Press) Los cuatro ocupantes del piso de la calle Urgell de Barcelona cuya usurpación denunció el propietario, Carlos Veiret, tienen de plazo hasta el lunes para abandonar la vivienda en la que se alojan desde el pasado 27 de noviembre, ya que, en caso contrario, el abogado de Veiret, Carlos Fatás, pedirá el desalojo forzoso del inmueble con carácter de urgencia.
Fuentes cercanas al caso insinuaron este viernes que los cuatro habitantes de la casa, dos hombres y dos mujeres de origen chileno, podrían no haber dormido esta noche en la vivienda, aunque como no lo han comunicado ni al juzgado ni a sus abogados no hay constancia de ello y no se puede dar por desalojado el inmueble.
De hecho, en su declaración de este jueves ante la juez, los dos ocupantes de mayor edad, Luis Daniel A. y Patricia de las Mercedes C.C., aseguraron que no residían en el piso desde que el martes 23 Fecsa-Endesa cortó el suministro eléctrico de forma definitiva y Agbar hizo lo propio con el agua, por lo que la vivienda ya no reunía las condiciones necesarias para vivir.
Los otros dos ocupantes del piso, Cristian Andrés V.C. y su novia, Ximena Cecilia T.C., que a su vez es hija de Patricia de las Mercedes C.C., se instalaron más tarde y podrían haber permanecido alguna noche más en la vivienda, en la que, según el abogado de Veiret, los imputados todavía guardan enseres personales.
Los abogados de oficio de los cuatro ocupantes, el abogado de propietario y la juez acordaron este jueves, darles de plazo hasta el lunes para hacer efectivo el desalojo, pero Fatás explicó que este viernes por la mañana se puso en contacto con dos de los abogados para averiguar las intenciones de sus clientes y que éstos aseguraron que no habían podido hablar con sus dos representados.
De momento, a los cuatro ocupantes se les imputan dos delitos, uno de usurpación de vivienda y otro de defraudación del fluido eléctrico. El proceso ya le ha costado el empleo a uno de los ocupantes, Cristian Andrés V.C., que este jueves fue despedido del restaurante de Barcelona en el que trabajaba como camarero después de que su jefe descubriera que era uno de los ocupantes del piso y se alarmara por el revuelo que ha generado el caso.