L D (Europa Press) El secretario general de UGT Metro, Teodoro Piñuela, informó de que a la concentración han asistido alrededor de 380 trabajadores de los 400 que forman la plantilla de los talleres de Canillejas. Ignorando el informe de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, declaró: "Queremos que la Consejería diga la verdad. Lo que sucedió en la línea 5 de metro fue una avería y no un sabotaje".
Piñuela, en su papel de dirigente sindical, aseguró que la "decente" calidad que presenta el Metro se debe al trabajo de la plantilla y en tono político afirmó que "el verdadero problema es que se han centrado en las ampliaciones y han abandonado las antiguas infraestructuras" para apostillar que "la política que pretende seguir la Consejería es escandalosa". Lo que de verdad parece que ha dolido al secretario de UGT es la decisión de la Consejería de Transporte de aumentar la seguridad con 100 vigilantes: "debería incluir 100 trabajadores a la plantilla".
Por la seguridad de todos
En este sentido, la consejera de Transportes e Infraestructuras, Elvira Rodríguez, ha afirmado que el refuerzo de seguridad para vigilar posibles sabotajes en el funcionamiento del Metro no es "una medida contra los trabajadores, sino todo lo contrario". La responsable regional dijo que "estamos haciendo todos los análisis posibles por el bien de todos, por el de los viajeros y su seguridad, el de los trabajadores, el de la empresa, y por la obligación que tenemos de dar un servicio público en condiciones".
Pocas horas después de la concentración convocada por el comité de empresa de Metro de Madrid para defenderse de las acusaciones de que las últimas averías sufridas por el suburbano sean intencionadas, Rodríguez dijo "no saber muy bien cómo interpretar" esta protesta, si bien opinó que se produce "en respuesta al incremento de las medidas de seguridad y para reivindicar que los trabajadores de Metro no sabotean el metro".
Así, dijo que los cien agentes de seguridad destinados desde el pasado lunes a vigilar posibles sabotajes en las cocheras de los trenes (que suponen, según dijo, "más de 1.000 horas de trabajo de seguridad nuevas") y la instalación de cámaras "van a controlar que no se hagan, dentro de lo que se pueda, determinadas actuaciones que producen desperfectos en los trenes y que, como ha dicho la Policía, eran debidas a actuaciones voluntarias de personas".