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DISCURSO ÍNTEGRO DE JOSÉ MARIA AZNAR

Por su interés informativo reproducimos a continuación el discurso íntegro del presidente de la Fundación FAES y ex presidente del Gobierno, José María Aznar. Lo ha pronunicado este lunes en Badajoz, donde ha clausurado unas jornadas organizadas por el think tank y el Partido Popular extremeño.

 

Querido Carlos Floriano, señor Alcalde de Badajoz, señores parlamentarios, autoridades, profesores, señoras y señores.
 
Me alegro mucho estar de nuevo en Extremadura. Y de estar con todos ustedes. Quiero agradecerles su asistencia a este almuerzo. Es una gran satisfacción estar acompañado hoy de una representación tan destacada de la sociedad extremeña, de su Universidad, de sus ámbitos profesionales, empresariales y periodísticos.
 
En los años en los que tuve el honor de presidir el Gobierno de España, Extremadura fue una de las regiones objetivo de una política económica que combatió eficazmente el desempleo, una enfermedad que golpeaba (y aún golpea) con especial virulencia a la sociedad extremeña. Cuando llegamos al gobierno en 1996 la tasa de paro extremeña era de un 32%. Sólo trabajaba uno de cada tres extremeños. Una cifras escalofriante fruto de unas políticas que, sencillamente, no funcionan.
 
Nosotros pusimos en marcha otras políticas. Políticas liberales, de impulso, de reforma y de modernización. Gracias a esas políticas la tasa de paro bajó casi a la mitad. Esos son los resultados. Nosotros no nos llamamos progresistas. Nosotros, simplemente, traemos las condiciones para el progreso de los que más lo necesitan.
 
Desde mi Gobierno hicimos algunas otras cosas en esta magnífica tierra extremeña. Impulsamos, por ejemplo, las infraestructuras que esta región precisaba para mejorar su futuro, como la Autovía de la Plata o el tren de alta velocidad. Una mis últimas reuniones internacionales como Presidente del Gobierno fue con el Primer Ministro portugués, en Figueira da Foz, y la dedicamos íntegramente a dejar resueltos los trazados y los plazos del AVE de Extremadura. Eso fue hace poco más de tres años. A partir de esa fecha… ya les tocaba a otros.
 
Hace un año, Carlos Floriano, presidente del Partido Popular en Extremadura, me propuso que organizáramos un plan de trabajo sobre problemas concretos de la región. Le contesté que encantado. Hoy lo estoy especialmente porque en este año he podido comprobar dos cosas: en primer lugar, que en Extremadura hay muchos profesionales, especialistas, profesores, que tienen buenas ideas, buenas reformas que proponer, y que están dispuestos a ponerlas encima de la mesa cuando se dialoga con ellos y se les escucha. En segundo lugar, me alegra comprobar que en esta tierra hay políticos, como Carlos Floriano y su equipo, que no temen abrirse a nuevas ideas. Todo lo contrario, quieren escuchar y proponer nuevas ideas para viejos, viejísimos problemas.
 
El trabajo que ha coordinado Carlos Floriano con la Fundación FAES ha sido serio y riguroso, y ha contado con verdaderos especialistas como ustedes, que hoy nos acompañan. Ha sido un trabajo abierto, alejado del dogmatismo y la imposición. Ha sido un trabajo sincero. Y ha sido, también, un trabajo orientado a resultados prácticos, a definir políticas posibles. No han sido especulaciones, ni lamentos, ni memoriales de agravios históricos.
 
Hoy hace once meses que presentamos la puesta en marcha de estos trabajos. Carlos Floriano nos pidió que le ayudáramos a generar nuevas propuestas que sirvieran para el desarrollo de esta región, y eso es lo que hemos hecho. Con el protagonismo y la ayuda de varias decenas de profesionales y de profesores extremeños. Personas de aquí, y expertos de otros puntos de España, unidos todos en la tarea común. Haciendo Extremadura y haciendo Patria. Es una buena ocupación, la más noble.
 
Lo llamamos “Ideas para el futuro de Extremadura”. Y eso, ideas, es lo que hemos recabado y generado en estos meses.  De eso se trataba: de proponer ideas y soluciones nuevas para una tierra que bien lo necesita.
 
Me alegro de que Carlos Floriano haya querido hacer este trabajo con FAES. FAES es una fundación que defiende apasionadamente la libertad individual, la Nación española y la Constitución. En FAES somos muy conscientes de la importancia de las ideas en política: las buenas ideas y las otras. Y hay que intentar que prevalezcan las buenas.
 
Creo que la política –en el más noble sentido del término- son ideas. Sin ideas sólo queda el oportunismo. Y a mí el oportunismo siempre me ha parecido frívolo y dañino. Desgraciadamente, ese método de hacer política lo estamos sufriendo, y mucho, en España últimamente.
 
Yo creo que la política es construir, y no destruir.Creo que la política es trabajar por la concordia, es buscar lo mejor para todos, y no perseguir la aniquilación del contrario a cualquier precio.
 
Gobernar en una democracia es –no ya respetar-, sino fortalecer el Estado de Derecho, y sobre todo sus instituciones básicas, como la Fiscalía o los Tribunales. Tratar desde el Gobierno de enfrentar entre sí a estas instituciones, o poner a cualquiera de ellas al servicio de designios partidistas no es fortalecer la democracia, sino todo lo contrario: deteriorarla, hacerla de peor calidad, manipularla.
 
Yo nunca he estado de acuerdo con esa concepción de la política de hacer cualquier cosa con tal de amarrarse al asiento, y creo haberlo demostrado. Prometí marcharme a los ocho años y lo hice. Carlos Floriano también se ha comprometido a estar sólo ocho años en el cargo de presidente de Extremadura si los extremeños deciden apostar por el cambio.
 
Ocho años es una buena cifra, Carlos, te lo digo por experiencia. Estamos hoy aquí para culminar el trabajo de un año. FAES es una fundación abierta. A nuestras reuniones y seminarios –como los asistentes han podido comprobar en las sesiones celebradas en Extremadura- acuden especialistas, expertos, profesionales y profesores a los que, por supuesto, no preguntamos a quién votan o dejan de votar. No es eso lo que nos importa de ellos –aunque nunca vengan mal unos votos, dicho sea de paso-, lo que nos importa es que colaboren con nosotros aportando ideas solventes, argumentos razonados y propuestas capaces de mejorar el estado de las cosas.
 
Sólo les pedimos, en definitiva, ideas para mejorar nuestra sociedad. Propuestas innovadoras y realizables que nos sirvan para diseñar proyectos y programas políticos capaces de mejorar el bienestar y las oportunidades de España y de los españoles.
 
Sabemos que la libertad es el motor que saca de cada uno lo mejor que tiene. Sabemos que las empresas y las iniciativas de la sociedad son las que crean riqueza, empleo y oportunidades. Y sabemos que la suma de esos empeños individuales -cuando las instituciones no ponen trabas, sino cauces- beneficia a todos.
 
Para desarrollar esas ideas liberales vinimos a trabajar a Extremadura. Con profesionalidad, con rigor, con apertura a la sociedad civil y con entusiasmo por cambiar las cosas. A lo largo de varias jornadas, hemos hablado de lo que preocupa a los extremeños, hemos puesto ideas sobre la mesa, las hemos discutido, y hemos elaborado importantes conclusiones.
 
Se ha hablado de las reformas necesarias en el ámbito agrícola y ganadero, ante el cambio de la PAC (de la Política Agrícola Común) en 2013. Se han buscado ideas claras para mejorar la comercialización de los excelentes productos de esta tierra.Se ha hablado de energías renovables, un campo en el que Extremadura puede aportar mucho más.
 
Se ha hablado de Sanidad, de cómo adaptar aquí las experiencias de aquellas regiones que reducen las listas de espera y construyen nuevos hospitales y centros de salud.
 
Y se ha hablado también de cultura. España es la Nación más antigua de Europa, con un patrimonio cultural común muy rico. La sociedad extremeña puede presumir, y mucho, del suyo. Se puede disfrutar, y mucho, de ese patrimonio cultural en Mérida, Cáceres, Trujillo o Badajoz, entre otras.
 
Creo que los poderes públicos deben promover la cultura, pero el papel de la Administración debe ser permitir que las actividades culturales florezcan y se desarrollen por sí mismas.
 
He dicho promover la cultura, no pagar con dinero público barbaridades que ofenden al más elemental sentido de la decencia y del respeto. No sólo el respeto a las convicciones religiosas de miles de extremeños, sino de un mínimo sentido de respeto a la inteligencia.
 
Los extremeños saben quiénes son los responsables de lo que ha ocurrido. Y saben también que, si se niegan a asumir su responsabilidad, dentro de poco tienen la oportunidad de tomársela democráticamente en las urnas. Este episodio, que en su vulgaridad es grave en sí mismo, saca a flote algo más profundo: la cobardía. La cobardía de quienes hace sólo un año pedían perdón por unas caricaturas –incomparablemente menos agresivas- de Mahoma publicadas en un periódico danés.
 
El problema es que no se atreven a reprobar los excesos cometidos por los islamistas radicales, que entonces quemaron embajadas y amenazaron de muerte. El problema es que, ante los violentos, optan por la rendición preventiva.
 
Queridas amigas y amigos, en los próximos años Extremadura va a tener que afrontar dos graves problemas creados por los políticos; creados por una mala acción política.
 
El primero es el Estatuto de Cataluña que, por cierto, fue respaldado por los diputados socialistas extremeños en el Congreso de los Diputados. Ese Estatuto recorta drásticamente la solidaridad interregional, da la espalda a Extremadura y coloca  a esta región en una situación financiera muy delicada.
 
Por cierto, se nos dijo –mejor dicho, se le prometió a los ciudadanos- que ese nuevo Estatuto de Cataluña era ya el definitivo, duraría eternamente. No es que yo creyera demasiado esa promesa, pero confieso mi incredulidad al ver que –no han pasado ni ocho meses- algunos de sus promotores ya van directos al siguiente paso: un referéndum de autodeterminación para Cataluña.
 
Tampoco es de extrañar. La reforma del Estatuto catalán, tan innecesaria que no lo votó ni un tercio de los catalanes, fue planteada desde el principio como un chantaje: la reforma o se acepta, o se acepta.
 
Y cuando se acepta un chantaje, detrás viene el siguiente, y luego el siguiente. El segundo es que Extremadura, y bien que lo lamento, va a ser una de las regiones españolas que más sufra por la desastrosa negociación de los Fondos Europeos 2007-2013 que llevó a cabo el actual presidente del Gobierno.
 
Como demuestra un estudio publicado por la Fundación FAES, elaborado por prestigiosos catedráticos de varias universidades españolas, Extremadura va a ser una de las regiones más castigadas por las menores inversiones que se derivarán del recorte de fondos comunitarios.
 
El estudio cuantifica las pérdidas de producción y de empleos que no se crearán por culpa de las menores inversiones. Yo negocié en Berlín los fondos comunitarios  para España del período 2000-2006. Fue una negociación muy dura, pero entonces mi Gobierno consiguió para España 48.000 millones de euros para el periodo 2000-2006.
 
El actual  presidente del Gobierno ha vuelto con 5.000 millones de euros para el periodo 2007-2013. Es decir, España ha perdido el 90% de los fondos por una desastrosa negociación. Eso sí, habíamos vuelto después de la anterior etapa al corazón de Europa.
 
Y Extremadura ha sido una de las regiones más perjudicadas. Por esa mala negociación va a haber muy poco dinero europeo para nuevas infraestructuras en esta región.
 
Extremadura puede cambiar. Hoy necesita un nuevo impulso. Necesita, tal como ha prometido Carlos Floriano si gana las elecciones, una bajada de impuestos para que los ciudadanos tengan más dinero en sus bolsillos y puedan hacer con él lo que les dé la gana. Extremadura necesita dejar de ser, de una vez, el farolillo rojo de todas las estadísticas de desarrollo, de renta y de empleo de España.
 
Después de un cuarto de siglo, que se dice pronto, Extremadura sigue en la misma posición entre las regiones españolas. En 1983, Extremadura era la última en PIB per cápita. Hoy sigue siéndolo. Está todavía a 34 puntos porcentuales de la media nacional. Carlos Floriano se ha comprometido a equiparar la renta autonómica a la media nacional en dos legislaturas. Y Extremadura lo necesita. Y España también.
 
Porque lo que no puede ser es que en Extremadura la renta por habitante siga siendo la mitad que la de otras regiones españolas. La mitad. Y que en esta región siga habiendo el doble de desempleados que en el conjunto de España.
 
En abril del año pasado, cuando pusimos en marcha estas jornadas, les di un dato. Yo sé que a algunos les molestó mucho y respondieron muy prepotentes, que es lo suyo. Pero es un dato, y enfadarse por los datos es como enfadarse por el clima. Repito, pues, el dato: Extremadura es desde 1983 una Comunidad Autónoma con gobierno propio, presupuesto propio, e instituciones propias.
 
Desde 1983 y hasta 2006, la Junta de Extremadura había gastado más de 30.000 millones de euros, que es la suma de los presupuestos regionales en términos corrientes. 30.000 millones de euros: 5 billones de pesetas, para que nos hagamos una idea cabal. Esa es la cantidad de recursos que había manejado el gobierno regional en estos años. Sólo de su presupuesto regional: ¡5 billones en 23 años! Nada menos.
 
Pues bien, en 2007 han añadido otros cinco mil millones de euros a esa cantidad. En total, en 24 años de gobierno socialista habrán gastado 36.500 millones de euros. Otro billón de pesetas más. 6 billones administrados por las mismas manos durante 24 años.
 
Con esa cantidad y en todo ese tiempo se pueden cambiar mucho las cosas, se lo aseguro. En mucho menos tiempo se puede dar la vuelta a muchas cosas. Pero aquí no ha sido así.
 
Después de 24 años de aplicación de unas políticas antiguas y después de 36.500 millones de euros gastados, el balance es más que decepcionante.
 
Ya no se trata de seguir aplicando más de lo mismo, sino de probar otras ideas. Se trata de aplicar las ideas liberales, de centro político, que han demostrado en otras regiones, y en el conjunto de España, que son capaces de mejorar el bienestar de los ciudadanos.
 
Extremadura necesita nuevas ideas, nuevos equipos, un nuevo proyecto. Necesita dar un gran salto de progreso. Estoy seguro de que las ideas que han surgido de este año de trabajo con todos ustedes ayudarán a dar ese paso imprescindible. Esta región se lo merece después de 24 años a la cola y puede lograrlo.  Ojalá lo haga.
 
Muchas gracias.

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