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Todos contra Tiger Woods en el primer torneo de Grand Slam de la temporada

No resulta sencillo señalar a un hombre capaz de eclipsar al monarca del golf mundial, el estadounidense Tiger Woods, a las puertas de una nueva edición del Masters de Augusta, el torneo que abre el 'Grand Slam' de la temporada y que ha sido ganado por el número uno del mundo en cuatro ocasiones, sólo a dos del mejor de todos los tiempos, Jack Nicklaus. En la última década, Tiger encabeza las apuestas de cualquiera de los cuatro torneos 'grandes' que se disputan cada año, al margen, claro está, del resto de competiciones en las que participa.

No resulta sencillo señalar a un hombre capaz de eclipsar al monarca del golf mundial, el estadounidense Tiger Woods, a las puertas de una nueva edición del Masters de Augusta, el torneo que abre el 'Grand Slam' de la temporada y que ha sido ganado por el número uno del mundo en cuatro ocasiones, sólo a dos del mejor de todos los tiempos, Jack Nicklaus. En la última década, Tiger encabeza las apuestas de cualquiera de los cuatro torneos 'grandes' que se disputan cada año, al margen, claro está, del resto de competiciones en las que participa.
L D (EFE) En ese período, el jugador californiano ha conquistado una docena de "Salmones" o "Grandes", a sólo seis del récord que marcó el 'Oso Dorado'. En Augusta, el aura intimidatoria que proyecta Tiger, de 31 años, crece e hipnotiza como las azaleas que florecen por estas fechas en este magnífico campo del estado de Georgia, en donde Bobby Jones hizo realidad un sueño, Nicklaus pasó a la historia y Seve Ballesteros, que regresa antes de pasarse al Tour sénior -el lunes postmasters cumple 50 años- obligó a un país como España a interesarse por un deporte entonces catalogado como elitista.

También el "intocable" Tiger Woods se enfrenta con una realidad que antes era impensable: su rival tiene 36 años, también es estadounidense y es zurdo, en teoría un problema en este campo pues sus "dog-leg" (giros de las calles) favorecen más al "swing" de los diestros.

Mickelson, nacido en San Diego, ha ganado dos de las tres últimas ediciones del primer 'Grande' del año. El jugador diestro para todo menos para pegarle con un palo a una bola de golf, de ojos azules y padre de dos niñas de tirabuzones rubios y un niño igualmente trigueño, ha hecho las delicias de una inmensa mayoría de aficionados estadounidenses a este deporte con sus dos victorias en el Masters, la última especialmente emotiva el año pasado. "La experiencia en este campo y la atmósfera que se respira son esenciales para ganar en Augusta", señalaba Tiger ante los centenares de representantes de los medios informativos de medio mundo que se congregan cada año en este recinto.

Desde esa perspectiva, el póquer de jugadores españoles que participan este año en Augusta tendrían sus posibilidades de llegar al domingo con alguna aspiración de victoria, pero la cuestión se plantea casi quimérica, al margen del hecho real de que desde el triunfo del escocés Paul Lawrie en el Open Británico en 1999 ningún otro golfista europeo ha sido capaz desde entonces de conquistar un "Grande". Ballesteros, sin competición en sus piernas, nada podrá hacer ante un Augusta alargado bestialmente desde la última vez que lo jugó, en 2003, y desde la última vez que superó un corte, en 1996.

A Sergio García, la eterna esperanza del golf español que ha cumplido ya 27 años, le entusiasma la atmósfera del Augusta National, pero le incomoda en exceso el diseño y sus cuidados. García, decimotercer mejor golfista del mundo, jugará su novena edición consecutiva y por primera vez sin la supervisión de su padre y entrenador, que lo verá pegado al televisor y al móvil desde Borriol. Pero su inconsistencia en el juego -acumula 18 meses sin ganar- y su escasa paciencia en este campo juegan en su contra.

Tampoco se ha preparado como otros años el malagueño Miguel Ángel Jiménez, concienzudo en Augusta y paciente como el que más. Parece un milagro que repita el domingo del último Masters, cuando lideró el torneo durante casi una hora. Por último, Olazábal se presenta tras una temporada en la que ha sido incapaz de encadenar un juego sólido durante cuatro rondas seguidas, pero con las credenciales que le otorgan ser un golfista que se crece ante las adversidades que presenta el campo.

Para los aficionados suramericanos, la buena noticia será la presencia por primera vez del joven colombiano Camilo Villegas, segundo jugador de su país que disputa el torneo de Maestros. El último golfista colombiano en hacerlo fue Miguel Salas, que compitió entre los mejore entre 1961 y 1964, aunque sólo superó el corte en una ocasión. Villegas se ha asegurado su participación al hallarse entre los 40 primeros jugadores de la lista de ganancias del circuito estadounidense. También se ha garantizado su participación el argentino Ángel Cabrera, en su caso por hallarse entre los 16 primeros de la última edición del torneo de Maestros.

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