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EL LUNA ROSSA SORPRENDE AL BMW-ORACLE

El Desafío vende cara su derrota ante el New Zealand en la primera regata de semifinales de la Copa Louis Vuitton

Las semifinales de la Copa Louis Vuitton, penúltimo paso para poder medirse al Alinghi por la Jarra de las Cien Guineas -trofeo que se otorga al vencedor de la Copa del América-, han comenzado con las buenas sensaciones ofrecidas por el Desafío Español. Eso sí, la embarcación española, que ha contado con la presencia del Rey Juan Carlos como tripulante 18, ha terminado rindiéndose a la superioridad del Emirates Team New Zealand, que se ha impuesto por 43 segundos. En la otra semifinal, el Luna Rossa italiano ha dado la sorpresa al vencer al BMW-Oracle estadounidense por 2:19.

Las semifinales de la Copa Louis Vuitton, penúltimo paso para poder medirse al Alinghi por la Jarra de las Cien Guineas -trofeo que se otorga al vencedor de la Copa del América-, han comenzado con las buenas sensaciones ofrecidas por el Desafío Español. Eso sí, la embarcación española, que ha contado con la presencia del Rey Juan Carlos como tripulante 18, ha terminado rindiéndose a la superioridad del Emirates Team New Zealand, que se ha impuesto por 43 segundos. En la otra semifinal, el Luna Rossa italiano ha dado la sorpresa al vencer al BMW-Oracle estadounidense por 2:19.
L D (Carlos Morenilla/Valencia) Al margen del resultado de la regata, que requiere ser revisada con atención, la noticia estaba en la presencia del Rey Don Juan Carlos a bordo del Desafío Español. Los barcos de la Copa del América pueden llevar además de sus 17 tripulantes, un invitado. Es el llamado tripulante 18. Este lnes el Rey era el tripulante 18 del Desafío Español. Y a pesar de eso han perdido. Era lo previsible, no en vano se enfrentaba al único 'challenger' que ha ganado la Jarra de las Cien Guineas, además en dos ocasiones. No le ha importado a Su Majestad tan desalentador pronóstico para prestar su apoyo al Desafío Español. Y a punto ha estado de saltar la sorpresa. Parecía que Don Juan Carlos había traído consigo viento de una intensidad que favorecía la gesta de vencer a los 'kiwis', pero la inestabilidad en su dirección ha terminado frustrando las espectativas de los españoles.
 
La pre-salida
 
Correspondió por sorteo al barco español la bandera azul. Eso quiere decir que entra en el cajón de la pre-salida por la parte izquierda. Viene, por tanto, al primer encuentro su rival amurado a estribor y con preferencia de paso. Trataron de mantener los neozelandeses esta pequeña ventaja con tanto ahínco que a punto estuvieron de incurrir en una penalización. Cuando después de cinco minutos de dura brega los barcos enfilaron sus proas a la línea de meta, los españoles estaban a sotavento en una posición demasiado agresiva. Empujaron a los neozelandeses orzando hacia la línea y en el último momento cayeron a sotavento para tomar velocidad, además de por miedo a incurrir en un fuera de línea. Ahí la suerte estuvo por primera vez de parte de la embarcación de Nueva Zelanda. El Emirates Team pudo haber salido antes de tiempo, pero no lo estimaron así los jueces. Fueron décimas de segundo en una decisión que sería polémica de no mediar los instrumentos automáticos de detención con que cuenta el jurado.
 
Salir a sotavento
 
El problema de intentar lo que pretendía el barco español es que si no obligas en la orzada a virar a tu oponente, se te queda a barlovento, y eso fue lo que pasó. El polaco Karol Jablonski, patrón del Desafío, cuando vio que no podía obtener ventaja en una guerra de viradas, se desmarcó por el lado opuesto del campo que había elegido New Zealand. Y ahí volvieron a tener la suerte de cara, pues un role favoreció a los neozelandeses, que pasaron la boya de barlovento con más de un minuto de ventaja.
 
En la empopada es donde cuentan con ventaja los españoles y pudo comprobarse enseguida. En la primera popa el ESP-97 recortó la mitad de esa diferencia. Navegó esta vez en igualdad de condiciones en la segunda ceñida, sin peder ni un metro y todos esperábamos la segunda popa con emoción porque se podía ganar la regata.
 
La última empopada
 
Como todos presumíamos, los españoles reducían la distancia a ojos vistas con el barco que les precedía, pero el viento empezó a cambiar otra vez de dirección. De popa pasó al costado de babor. Los barcos se escoraban arrastrados por el enorme spi. Llegó un momento que entraba ya por el través. El Desafío intentó mantener izado el spi porque en esa navegación puede mantener mejor el rumbo que su rival. Pero al final el viento se fue a proa. En la arriada de spi, una avería o la misma imponente tensión sobre la escota de la gran vela impidió que los españoles pudieran arriarla. Fue al agua y los barcos entraron ciñendo en un largo que debería haber sido la empopada ganadora de los españoles. Ganó el New Zealand, pero el susto ya no se lo quita nadie. Este martes, en la segunda regata de semifinales, no saldrán tan tranquilos a navegar.
 
El Luna Rossa sorprende al BMW-Oracle
 
En la otra semifinal, celebrada en el mismo campo de regatas de La Malvarrosa pero con unos minutos de antelación, el Luna Rossa italiano no ha dado opción a los estadounidenses del BMW-Oracle, en lo que ha sido la gran sorpresa de la jornada. Han salido en cabeza los transalpinos sin que su rival haya podido poner en peligro su victoria en ningún momento. La distancia en meta ha sido tan importante, más de dos minutos, que pone en entredicho las posibilidades de que los hombres de Chris Dickson puedan remontar la eliminatoria. El tiempo de antelación con que partía esta prueba les ha librado del tremendo cambio de dirección del viento que ha sufrido la del Desafío. Un cambio de más de 180 grados que en cualquier otro tipo de regata hubiera supuesto su suspensión.

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