L D (Agencias) Después de haber ido perdiendo por 18 puntos, los de Joan Plaza volvieron a recurrir a una defensa en zona para darle vida al partido. El intento volvió a surtir efecto y lograron darle la vuelta al partido. Sin embargo, el saber estar de los griegos en los momentos clave decantó el choque del bando local.
Los madridistas fueron a remolque durante la primera parte. El contundente parcial de 7-0 con el que los griegos abrieron el partido evidenció las diferencias que separaban a ambos conjuntos, y aunque Raúl López y Louis Bullock lograron frenar esa primera ofensiva, los de Pannagiotis Giannakis ya habían dejado claras sus intenciones. Nikola Vujcic era un arma demasiado poderosa a la que el juego interior de los blancos no podía hacer frente. El pívot croata destapó las carencias de la defensa blanca con 13 puntos sin fallo en el primer cuarto, desquiciando a sus pares con una nueva lección de versatilidad al poste.
A ello se sumó la falta de intensidad en la defensa exterior de los de Joan Plaza, que concedió opciones de tiro cómodas para los jugadores helenos que no dudaron en aprovechar. Así, y tras triple de Theo Papaloukas, los de El Pireo se situaban con una ventaja de 17 puntos (39-22) cuando aún no se había cumplido la mitad del segundo cuarto que dejaba casi deshauciado al equipo blanco.
Pero aún quedaba la reacción blanca, tan común en los últimos meses. Como ya ocurriera ante Pamesa, con todo perdido el Real Madrid optó por una defensa en zona que propició la remontada. La nueva formación madridista acabó con la inspiración de los helenos en ataque y el resurgir de Bullock hizo el resto para que el encuentro diera un vuelco. En un espacio de siete minutos, los de Plaza consiguieron un extraordinario parcial de 0-22 y tomaron la iniciativa del encuentro. Los griegos, antes infalibles y decididos, perdieron multitud de balones, permitiendo opciones cómodas al Real Madrid para seguir aumentando una ventaja que alcanzaría los ocho puntos.
La situación despertó a la afición del Estadio de la Paz y la Amistad, y con ella desperó Olympiacos. Con el 'infierno rojo' a su favor, los de Giannakis recuperaron el buen tono en defensa y el acierto en ataque, liderados por Papaloukas y la puntería de Vasilopoulos, autor de los dos triples que rompieron el partido. Dos lanzamientos del alero al final de sendas posiciones acabaron con la resistencia del Real Madrid (80-71). Un conjunto, el blanco, que dudó en los momentos clave y pagó la falta de intensidad defensiva que exhibió durante gran parte de la primera mitad y que permitió a los locales alcanzar grandes rentas en el luminoso.
Papaloukas, con 13 puntos y 13 asistencias, fue el mejor hombre del partido, aunque el papel de máximos anotadores correspondió a Vujcic y Greer con 19 cada uno. Por el Real Madrid destacó Louis Bullock con 15 puntos, convirtiéndose además en el séptimo jugador en la historia de la Euroliga en alcanzar los 250 triples anotados .