La breve columnita, titulada “La tronera”, que Antonio Gala desde hace años publica diariamente en El Mundo, suele estar infestada de tópicos progres, antiyanquis, antipeperos, anticlericales y hasta proislámicos (es conocida la “vena andalusí” del autor). En la del pasado viernes Gala arremetía contra su propio periódico y ridiculizaba las investigaciones sobre el 11-M.
Con tu delicadeza y con tu pluma,
has sido dramaturgo meritorio,
poeta medianejo y transitorio
y novelista de éxito y espuma.
Se pierde tu pasado entre la bruma
de un remoto desdén recordatorio
y es tu presente, en fin, de vejestorio
(si me permites, Gala, que resuma).
Hace tiempo que no eres lo que eras,
y últimamente sólo en las Troneras
persiste, progre y cursi, tu sintaxis.
Tu columnilla es breve, pero agota;
si quiere, que la pague Pedrojota.
Yo no te leo más. Por profilaxis.