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EDITORIAL

¿Sobrevivirá la Investigación a la Intoxicación?

Recordaran los lectores que los representantes del PP y el PSOE decidieron —unos por complejos, otros por querer ocultarla— permanecer en silencio y expectantes ante la línea de investigación abierta hace unas semanas por el reportaje de Fernando Múgica en el diario El Mundo, que desvelaba la manipulación mediático-política del 11-M perpetrada por Prisa y el PSOE los días posteriores a la masacre.
 
Por si el PP de Rajoy no tuviera ya bastantes complejos e interiorizado eso de “no crispar”, El Mundo se descolgó el pasado 21 de abril con una portada y, sobretodo, un editorial que, en lugar de hacerse eco del reportaje de Múgica, arremetía de forma tan demoledora como injusta contra el Gobierno saliente, por no haber sabido impedir el 11-M, dando así base y pie a que, una semana después, el nuevo ministro del Interior arremetiera en la misma línea contra su antecesor en el cargo en los micrófonos de La SER.
 
Este olvidado bandazo de El Mundo, unido a la afonía de diarios como ABC y La Razón -que nunca reclaman con contundencia la conveniencia de que el PP haga o diga algo hasta que sus representantes políticos se deciden a hacerlo— , y la aplastante superioridad de medios de los que dispone Prisa y el PSOE en el poder, creemos que reforzaron la pasividad de Rajoy y de su partido.
 
Rubalcaba, mientras tanto ha pedido, este mismo martes, calma a sus socios de ERC e IU, que pedían una comisión de investigación que, evidentemente, no tenía por objetivo dar eco a lo denunciado por Múgica, sino más bien, a los supuestos errores del anterior gobierno a la hora de no impedir una masacre. A esa petición de Comisión de Investigación —y con ese mismo objetivo de atacar al PP— se unía El País en un editorial este mismo martes.
 
Ese equilibrio inestable y esas espadas en alto han caído este miércoles, al retomar El Mundo la senda iniciada en sus mismas páginas por Fernando Múgica, y al denunciar ahora que un confidente del 11-M informaba a una unidad dirigida por un hombre de Vera. Con estos nuevos y valiosos datos que ofrece El Mundo se refuerza la tesis de que el PSOE disponía —antes que el Gobierno— de la información que apuntaba a la autoría del terrorismo islámico. Eso, junto a falsos cadáveres de terroristas inmolados, alimentó la infame manipulación de Prisa y de Rubalcaba de que el Gobierno del PP “mentía” en sus reiteradas comparecencias ante los medios de comunicación.
 
A su vez, la escandalosa filtración de las primeras diligencias de la investigación a El País que están —más bien, estaban— bajo secreto del sumario, deja claro que Prisa está dispuesta a repetir los días de infamia que fueron del 11 al 14M, pero ahora de cara a la comisión de investigación que ya reclaman todos los partidos. Esta filtración —calificada justamente como “gravísima” por el Consejo General del Poder Judicial— también debe, por cierto, formar parte de la investigación.
 
La tardía aunque espléndida intervención de este miércoles de Rajoy, pidiendo por fin una comisión de investigación, nos da esperanza de que la verdad se abra de una vez camino. Pero eso pasa porque Rajoy sea consciente de que debe llevar a cabo un ejercicio incansable de denuncia y de salir a la palestra que contrarreste el manipulador invierno mediático que ya le ha caído encima.
 
Ante la implacable, sistemática y constante intoxicación que le tienen preparada, lo peor que puede hacer Rajoy es mantener un perfil bajo. Las intervenciones que nos hacen reconciliarnos con él, por brillantes, no pueden permitirse el lujo de ser tan intermitentes y espaciadas en el tiempo. Más aun si no se preocupa —pues esa también forma parte de su responsabilidad— de instar a sus compañeros de partido a que cubran su retraimiento cuando considere que no le toca a él dar la batalla.
 
Por último, Rajoy debe ser consciente de que la más elemental coherencia de quien pide investigar una operación político-mediática como la que ha sufrido su partido entorno al 11-M, le llevará en el futuro a saber denunciar, con nombres y apellidos, a quienes la más atrevida referencia a ellos por parte del PP no ha pasado, hasta ahora, de aquel “poder fáctico fácilmente reconocible"...

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