Menú
Juan Carlos Girauta

El verdadero poder

Ahora quieren un banco. Uno de los primeros bancos de Europa, nada menos. Es decir, quieren gestores que entiendan a quién deben sus puestos

Hay prácticas que ya no parecían posibles tras los mandatos de Aznar, los procesos de fusiones bancarias, la formación de grupos multinacionales de capital español y nuestra plena integración en la economía europea. Pero lo que está ocurriendo en torno al BBVA, el asalto que vienen planeando una constructora, un grupo de comunicación y el propio gobierno español apunta hacia la peor de las pesadillas: la etapa 1996-2004 podría haber sido un mero paréntesis. Un virtuoso vaivén destinado a corregirse para regresar al orden del chanchullo y de la opacidad.
 
Con el fin de entender algo mejor qué es lo que mueve al polanco-socialismo o social-polanquismo, ese magma, busco en Las 48 leyes del poder, de Robert Greene, y me quedo con una: “Aplastar totalmente al enemigo”. Se glosa con historias de los Borgia, de Napoleón, con enseñanzas de Sun-tzu, de von Clausewitz. ¿Quiere la vasta y basta izquierda aplastar totalmente al enemigo? ¿Y quién es el enemigo? El magma tiene por enemigo, de entrada, al Partido Popular (y a ningún otro partido), y de salida a cualquiera que asome la cabeza en un ámbito relacionado con la cultura o la comunicación y no tenga por norma la obediencia sectaria. Así que hay un enemigo organizado y otro enemigo atomizado. Este preocupa poco; lo tiene crudo el periodista, escritor, cineasta o actor que quede fuera de sus diarios, cadenas de televisión y de radio, productoras y distribuidoras de cine, editoriales. El PP preocupa más, a pesar de haberse mostrado incapaz de entender los mecanismos de la comunicación y de haber favorecido tanto sus gobernantes a quienes no dejaron ni un solo día de conspirar contra Aznar, el presidente que despreció a cuantos apoyaban su ideario mientras alimentaba a su enterrador.
 
Ahora quieren un banco. Uno de los primeros bancos de Europa, nada menos. Es decir, quieren gestores que entiendan a quién deben sus puestos. Con esta operación el magma polanco-socialista se asegura muchas cosas. No se trata de meter la mano en la caja. Ni siquiera se trata de obtener directamente financiación que de otro modo no se habría obtenido. Es algo más sutil. Ciertos poderes existen para no ser propiamente ejercidos. Tutelar un banco es como disponer del botón nuclear. Cualquier otra entidad los financiará por motivos parecidos a la solvencia, aunque no exactamente igual. Cualquier competidor temerá la posibilidad de ser asfixiado financieramente.
 
Han fabricado noticias que luego son exprimidas por ellos mismos. En este peligroso asunto se mezcla la vulgar exhibición de intenciones de algunos con el dominio de la conciencia colectiva de otros. No son, como se ha dicho, maquiavélicos. Son lejanamente kantianos: “Nuestro intelecto no deriva sus leyes de la naturaleza, sino que impone sus leyes a la naturaleza.”

En Libre Mercado

    0
    comentarios