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El corazón infartado

Todo esto puede tener una explicación doble y no necesariamente alternativa: en primer lugar, que nuestros socios de la UE no nos quieren ni en pintura; en segundo lugar, que a ZP España, en tanto que tal, le importa un bledo

Al gobierno de Zapatero no le va muy bien con los Estados Unidos, de quien espera todavía ansiosamente un gesto como el de una llamada de teléfono que no acaba nunca de producirse. Es normal, habida cuenta del furibundo antiamericanismo y anti-bushismo del actual ejecutivo socialista. Pero el problema es que tampoco le parece ir muy bien las cosas en el hogar al que aspiraba a formar parte de todo corazón, Europa. Con una campaña demagógica y manipuladora, esto es, falsa, sobre volver a una Europa de la que la España de José María Aznar nunca se había marchado, volver al corazón de Europa que decían los socialistas, las últimas noticias de ese corazón no dejan lugar a dudas. A nosotros no nos llega su riego sanguíneo.
 
Acabamos de conocer que los dos principales líderes y supuestos valedores de ZP harán oídos sordos a la invitación de Zapatero y no acudirán a esa fiesta que prepara el Club de Madrid y el gobierno español para celebrar los atentados del 11-M y su victoria el 14-M. Pero hay más que una simple anécdota. También se acaba de saber que si la UE sigue con la racionalización de sus recursos lingüísticos, el Español perderá el papel del que hoy disfruta y pasará a equipararse al esloveno.
 
Por si fuera poco, la UE de Zapatero nos va a robar el corazón cuando decida dejar a España sin los fondos que tanto había costado negociar y defender para mayor prosperidad de todos los españoles y de cuantos europeos transitaran por nuestro suelo.
 
Todo esto puede tener una explicación doble y no necesariamente alternativa: en primer lugar, que nuestros socios de la UE no nos quieren ni en pintura; en segundo lugar, que a ZP España, en tanto que tal, le importa un bledo. Ambas afirmaciones son verosímiles. Pero lo que es seguro es que lo logrado en Europa por anteriores gobiernos españoles fue el fruto de una dura negociación, pues en la UE cada cual defiende con uñas y dientes sus intereses.
 
Es más que probable que ZP diga que lo que pierde con él España se debe a un acto de generosidad para construir una Europa mejor. Nos gustaría escuchar de su propia boca otros ejemplos europeos de tanta entrega, pero será difícil si no imposible dar con ellos. Lo que le pasa a ZP es que no cree en la España constitucional que tenemos y, por tanto, batallar por sus intereses debe resultarle algo extraño.
 
En fin, España se ha convertido en una nación menguante en el ámbito global de la realidad internacional. El gobierno no sabe ya como disimularlo. Pero pronto se va a hacer también patente que en Europa ZP y su gobierno pinta poco, o nada. Si solana fuera francés o belga, en lugar de español y del PSOE, estaríamos totalmente fuera de juego para todo.

GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.

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