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David Pérez

¿Y si lo peor está por venir?

En mi opinión, este primer año se resume en una sucesión de errores, rectificaciones, provocaciones y ocurrencias desplegadas oportunamente como cortinas de humo.

El balance del primer año de ZP sería, según el PSOE, inmejorable, glorioso y brillante. Para cualquier observador desapasionado, informado y objetivo, el balance arrojaría un absoluto desastre en lo económico, lo social, y lo político, entendiendo como tal la enorme fractura territorial que ha infligido el presidente accidental a este país llamado España.
 
En mi opinión, este primer año se resume en una sucesión de errores, rectificaciones, provocaciones y ocurrencias desplegadas oportunamente como cortinas de humo. Todo eso, con una gran carga de manipulación informativa y demagogia fácil. Escuchar a Zapatero –que parece disfrutar cada vez más oyéndose a sí mismo– ufanarse de su gran gestión, sería para reír, si no fuera para llorar: hace falta mucho valor para presumir del peor trabajo que jamás haya hecho Ejecutivo alguno desde la transición. Es imposible hacerlo peor. Es imposible dividir más a la sociedad. Es imposible perder más peso exterior. Y encima hay que escuchar que es un Gobierno excelente porque sacó las tropas de Irak. ¿Eso es todo?
 
Lo peor que ha hecho ZP en este año lo resumiría en:
 
-Paralizar la economía. Aún no se nota en la calle, pero se acabará notando. El Gobierno ha incumplido su previsión del 2% para 2004 y España es el país más inflacionista de la zona euro. No hay más política de Empleo que vivir de lo que hizo el PP.
 
-Arruinar el papel internacional de España y especialmente en la Unión, donde el PSOE ha hecho el ridículo con su torpeza en el Referéndum y ha perjudicado a nuestro país con una negociación nefasta, y unas pérdidas de 43.000 millones de euros.
 
-Mentir doblemente a los votantes socialistas: diciéndoles que el atentado del 11-M era culpa de la Guerra de Irak, habiéndose demostrado que llevaba fraguándose años antes, y prometiendo cosas que luego no cumple. Muchas de las promesas pasaron a mejor vida: por ejemplo, ayudas de 100 euros a las madres, 180.000 viviendas anuales que se convierten en minipisos..., etcétera. ¿Explicación? Ninguna.
 
-Infligir una profunda herida civil en la ciudadanía e institucionalizar la crispación que generó el PSOE cuando estaba en la oposición. Toda esa agitación, todo ese sectarismo, toda esa propaganda, ahora se hace desde La Moncloa. Todo el aparato del poder y de RTVE al servicio de descalificar al PP y agasajar a un ZP que no sabe qué hacer con España., estableciendo un auténtico régimen que aísla, descalifica, silencia y hostiga a la oposición.
 
-Terminar con la transparencia. Los socialistas prohíben una Comisión de Investigación y censuran la información sobre El Carmelo o de las facturas de Sevilla, dan carpetazo y amañan las Conclusiones de la Comisión de Investigación del 11-M, mantienen pactos ocultos de Gobierno, cuentan con un programa también oculto, se adueñan de TVE como en los peores tiempos del felipismo... La opacidad es la marca de ZP. Pero decirlo equivale a no ser progresista.
 
 
-Comprometer seriamente la unidad de España, con su irresponsable gestión del Plan Ibarreche, su política torticera de pactos ocultos y su debilidad frente a los desafíos soberanistas. El cerco a la Comunidad de Madrid, discriminada descaradamente en las inversiones, ilustra la supremacía del partidismo socialista sobre el interés de los ciudadanos.
 
-Despreciar y traicionar la lealtad ofrecida por el PP en materias que exigen elevarse por encima del ciego partidismo, y en las que Mariano Rajoy ha arrimado el hombro por responsabilidad: modelo de Estado, inmigración, lucha antiterrorista... El PSOE de ZP ha preferido echarse en brazos del nacionalismo radical y ha despreciado al primer partido de la oposición.
 
-Instrumentalizar las instituciones, minar su credibilidad y rebajar al Parlamento. Junto a una furibunda intervención en el poder judicial, el PSOE ha convertido el Parlamento en un foro donde se pasean planes ilegales y se cierran comisiones de investigación a beneficio de parte con la complicidad de grupos minoritarios y radicales que no contribuyen precisamente a la vertebración democrática del país, mientras se descalifica y se intenta humillar al primer partido de la oposición
 

Éstas son sólo algunas de las cosas que ha hecho el Gobierno de ZP este primer año. Hay muchas más, todas representativas de una inquietante realidad: ni ZP ni su partido estaban preparados para Gobernar y lo peor, no parece importarles. No hay fallo ni despropósito que no se presente como un gran acierto. Si tuviera que apuntar lo peor de todo, sería el enfrentamiento social que el PSOE alienta y aviva día a día con sus injurias, sus ataques, su censura implacable, su discriminación política y territorial y su sectarismo ideológico. Pero si me apuraran aún más diría que mi temor es que, por malo que sea el balance y por difícil que parezca, lo peor puede estar por venir. Y ZP promete.

David Pérez García es diputado de la Asamblea de Madrid y secretario de Comunicación del PP de Madrid

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