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EDITORIAL

Ceuta y Melilla, improvisaciones y mentiras

no podemos dejar de señalar la decepcionante e improvisada actuación de los ministros a los que Zapatero ha pedido que den la cara por él.

Como recordarán los lectores, Zapatero, tras su reunión con Driss Jettu, no sólo se negó a responder a los periodistas si había tratado con el primer ministro marroquí la cosoberanía de Ceuta y Melilla, sino que, además, puso en duda la inocencia de la Guardia Civil, a la que Rabat había acusado con total desfachatez de disparar contra los dos subsaharianos que murieron el pasado 29 de septiembre en Ceuta. Según dijo Zapatero entonces, los dos informes policiales que indicaban que los disparos venían del lado marroquí "no proceden del Gobierno". Pues bien. Este jueves, y tras la muerte de otros seis inmigrantes en la última avalancha en Melilla, ha sido el propio régimen marroquí el que ha admitido la autoría de estas últimas muertes, mientras el ministro Alonso ha respaldado como oficiales los informes de los que se había desmarcado Zapatero en su comparecencia de Sevilla.
 
No contento con haber tratado a espaldas de la opinión pública una cuestión de tanta envergadura como es la soberanía de dos ciudades españolas que Rabat aspira anexionarse; no pareciéndole bastante rehuir la defensa de la Guardia Civil frente a las injurias de Rabat, Zapatero se ha permitido reprochar a los anteriores gobiernos del PP algo que, en realidad, fue iniciativa del gobierno de González, cuando era ministro Belloch, como es la construcción de la valla fronteriza de Ceuta y Melilla.
 
En cualquier caso. Si a este lamentable e indigno espectáculo se ha reducido la escasa implicación del presidente del Gobierno en un asunto tan grave como el que sufre Ceuta y Melilla, no podemos dejar de señalar la decepcionante e improvisada actuación de los ministros a los que Zapatero ha pedido que den la cara por él.
 
Si hay que reconocer la labor de Alonso saliendo en defensa de la Guardia Civil, no podemos dejar de lamentar que el ministro del Interior haya sido en el Congreso tan incapaz, como lo fue la vicepresidenta un día antes, de explicar con claridad la repatriación inmediata de los inmigrantes, medida que, con anterioridad, habían reclamado los presidentes de Ceuta y Melilla, y que de la Vega había descalificado como una "simpleza increíble".
 
Si de la Vega no aclaró el miércoles su cambio de postura con la excusa de su improvisado viaje a Ceuta y Melilla, Alonso, si bien ha cuantificado en 70 los inmigrantes que serán devueltos, no ha explicado por qué esa cantidad, ni si hemos de suponer que tal devolución conllevará un cambio del reglamento de la actual Ley de Extranjería.
 
En cualquier caso, Zapatero, que también se ha negado a responder cuando visitará Ceuta y Melilla –su respuesta al periodista ha sido una silenciosa mueca– no puede esconderse detrás de tanta improvisación.­­

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