Menú
Agapito Maestre

La fatalidad del Estatuto

que tengamos que estar pendiente sólo y exclusivamente de la oportunidad y el acierto de un solo líder político, Rajoy, dice ya mucho de la crisis política por la que pasa España

Todo puede suceder en el pleno del miércoles. La posición de Rajoy será decisiva para el futuro de la nación. Pero que tengamos que estar pendiente sólo y exclusivamente de la oportunidad y el acierto de un solo líder político, Rajoy, dice ya mucho de la crisis política por la que pasa España. La situación política de España es, en efecto, muy grave, porque el mayor irresponsable de la situación a la que hemos llegado, Zapatero, puede irse de rositas, si Rajoy no es contundente y claro respecto a la defensa de la nación española. Zapatero nos ha llevado a una situación casi sin salida, pero es aún más grave que sólo nos fijemos en Rajoy para que nos saque del abismo. Es claro que estamos en la hora de los grandes políticos, pero, por favor, no carguemos las tintas sobre un solo hombre. Las responsabilidades de Rajoy son más que limitadas ante el abismo en que Zapatero ha situado a España. El juego sucio, el secretismo y la falta de reglas democráticas por parte del Gobierno de la nación, por desgracia para el PP, ha llegado a tal extremo que quién no contemple con realismo esta fatalidad quizá no se esté enterando de la tragedia de España.
 
Pocos consideran ya la posibilidad de que el proyecto de Estatuto sea rechazado por el Congreso de los Diputados tal y como sucedió con el plan Ibarreche. Pero cabría suponer, si fuéramos optimistas, que quizá las críticas surgidas en el seno del PSOE por un lado, y el rechazo de este Estatuto de más del 70% de los españoles por otro, pudieran sustanciarse a la hora de la votación en un rechazo del proyecto. Devuelto por anticonstitucional se abriría, naturalmente, una nueva etapa política de la que quizá el PSOE podría salir muy favorecido. Si ese supuesto se convirtiera en realidad, eso significaría que algunos miembros del PSOE habrían conseguido que Zapatero entrara en razón. Pero no soñemos. Eso es imposible en un partido que ha reducido la política a mero oportunismo y supervivencia en el poder a cualquier precio.
 
Además, aunque hubiera algún valiente en el PSOE, sospecho que ya es demasiado tarde para frenar la lógica infernal e irresponsable impuesta por Zapatero al proceso de aprobación del Estatuto. Hay demasiados pactos secretos entre nacionalistas, incluidos los terroristas, y el Gobierno de España para dar marcha atrás. El nacionalismo ha conseguido determinar todas las políticas socialistas. Por lo tanto, Zapatero conseguirá, a pesar de todas las reticencias y críticas privadas por parte de sus compañeros socialistas, que el partido entero cierre filas a la hora de defender que el Estatuto tiene que ser discutido en la Comisión correspondiente como una simple reforma estatutaria y no por el procedimiento de una reforma constitucional, que es en realidad lo que es.
 
Aceptada, pues, la trampa, Rajoy se enfrenta a una fatalidad. Negar la existencia de lo fatal del proyecto de Estatuto de Cataluña sería tan pueril como creer que a Rajoy se le ha abierto un camino fácil, una magnífica posibilidad, de ganar las próximas elecciones por este desvarío de los socialistas. Bastaría para esta gente con que Rajoy fuera firme en la defensa sus posiciones constitucionalistas para que todo le venga dado. La cosa, sin embargo, es bastante más complicada, porque para empezar la propaganda de nacionalistas y socialistas ya está acusando al PP de lo que ellos son responsables: el enfrentamiento entre comunidades autónomas. Podríamos considerar que esta “política” descalificadora y cruel del PSOE es fruto de su nula incapacidad argumentativa. Sí, sin duda así es, pero eso no resta un ápice de eficacia en los objetivos socialistas: estigmatizar al adversario hasta sacarlo del juego político. Por fortuna, y por la propia inteligencia de Rajoy, estoy convencido de que el aparato de agitación y propaganda del PSOE no lo conseguirá.
 
Sin embargo, y aquí expreso mi desazón, el PSOE por ese perverso camino de la agitación y propaganda totalitaria, de la mentira al fin, –contexto en el que debe contemplarse el ataque a la COPE–, habrá logrado lo que pretendía: garantizar, en primer lugar, el éxito del proceso para aprobar el Estatuto y, en segundo lugar, parar el golpe más fuerte que pudiera llevarse Zapatero, que es el gobernante más irresponsable que ha dado España en la democracia.

En España

    0
    comentarios