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José Vilas Nogueira

De mutaciones climáticas e inmutabilidades progres

El comité ad hoc ha emitido un nuevo informe, más terrible que el anterior, menos, sin duda, que el próximo. Un tercio de los bichos vivientes se extinguirá. Tanto laicismo, para acabar reescribiendo el Apocalipsis de San Juan.

Estoy de minivacaciones en el sur de Francia. Hoy no he podido comprar el periódico. Un motivo más para leer Libertad Digital. Busco un cibercafé, donde no hay café pero si hay ordenador. Con un teclado francés, muy útil para escribir en la lengua gala, pero un tormento si se quiere hacerlo en la española.

El articulo de Amando de Miguel se titula El burro sabía leer, pero no pronunciar. Me seduce tal encabezado y leo la integridad del escrito, buscando una clave o un contexto explicativos. Deben ser obvios, pues el ilustre profesor se siente dispensado de ofrecérnoslos. Lo que es seguro es que no se refiere a Zapatero, pues a este burro le sucede lo contrario del aludido en la columna citada: sabe pronunciar pero no leer.

En efecto la zapatética criatura ha dicho que solo está en guerra contra la pobreza y el cambio climático. Aunque tal guerra sea menos incomoda que la de Flandes, si leyere el Zapatero quizá encontrase que alguna dosis de estrategia requiere la empresa, pues pudiera ser que lo que dañe a uno de los objetivos propuestos favorezca al otro, y viceversa.

Incluso, más allá de tan elemental cautela, deberían todos los que alientan estos belicosos propósitos pacifistas hacer alguna, aunque no fuese mucha, demostración convincente de que los objetivos que pretenden conquistar existan realmente, tal como nos los presentan, y no son producto de una visión deformada por alguna patología sensorial o espiritual, o entrambas a la vez.

Por ejemplo, hace unos días leí que algunos científicos habían descubierto que el planeta Marte se estaba recalentando. ¿Cómo ha podido llegar tan lejos el pérfido capitalismo salvaje?, me pregunté estupefacto. Si sólo con el envío de unas pequeñas sondas exploratorias ya hemos calentado Marte, ¿qué sucederá cuando llenemos aquel planeta de chimeneas industriales y toda clase de humos contaminantes?

Pero, no, según los científicos descubridores de este fenómeno climático marciano, el origen de tales alteraciones se halla en la evolución de las manchas solares; desgraciadamente, en la ONU siguen leyendo otra bibliografía. El comité ad hoc ha emitido un nuevo informe, más terrible que el anterior, menos, sin duda, que el próximo. Un tercio de los bichos vivientes se extinguirá. Tanto laicismo, para acabar reescribiendo el Apocalipsis de San Juan. Pero Zapatero nos salvará. Y la vicevieja, si no asciende antes en cuerpo y alma a los cielos. De momento ya levita, tanto encantada está de haberse conocido. Casi hay que agradecer al Llamazares su justiciero empeño retroactivo. Por aquellos tiempos su maître à penser y a obrar, Stalin, se consagraba como el mayor criminal de la Historia. Al menos, el jeta de su discípulo nos devuelve a la realidad.

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