Pues no necesariamente todos los usos y costumbres de le Edad Media tienen porqué ser malos. En concreto y aunque sean cuestionables las afirmaciones contenidas en algunos de sus puntos, el documento anexo responde bastante bien a la cuestión planteada, que se refiere a profesiones para cuya práctica se exigen unos conocimientos específicos en función de su trascendencia social. No seamos demagogos y queramos comparar la trascendencia del ingeniero que firma una presa con la del fontanero que cambia la cisterna del inodoro.
El problema de los Colegios Profesionales es que, de forma análoga a lo que pasa con los dirigentes políticos, con demasiada frecuencia sus líderes viven ajenos a los colegiados de base y sus directivos se convierten en cuasi funcionarios que utilizan el cargo como trampolín profesional y para el propio lucimiento. Precisamente porque en general, los que se presentan a tales cargos son los que muestran una vocación en la que la vertiente política es más acusada que la profesional.
Lo anterior hace que a efectos prácticos de los afiliados, generalmente la directiva del Colegio es más un conjunto de señores que se dedican a "hacer política"; participar en "actos"; comidas y saraos de todo tipo -de los que se enteran por la revista correspondiente- que a actuaciones que supongan una mejora del ejercicio de la profesión. La situación es especialmente sangrante en los Colegios de algunas profesiones liberales en las que con frecuencia, los elementos de la Junta Directiva provienen del funcionariado y en su vida han tenido el menor contacto con el ejercicio libre de la profesión, actividad en la que viven los colegiados de base que son precisamente los que lo sufragan y dan razón a la existencia del Colegio.
El segundo problema importante es que por regla general, más que servir al público y cuidar la calidad del servicio proporcionado por sus afiliados -cosa que olvidan por completo-, sirven como "lobbys" para defensa de derechos corporativos y protección de sus afiliados frente a posibles reclamaciones de los usuarios del servicio.
Mi opinión es que, a pesar de sus inconvenientes, en algunas profesiones los beneficios de su existencia compensan con creces sus posibles inconvenientes, y que estos últimos pueden y deben ser mitigados mediante:
[a] Un adecuado control de los poderes públicos. Por ejemplo, si en el proyecto de un edificio que ha pasado por el Colegio de Arquitectos y ha obtenido el correspondiente visado, se descubren deficiencias técnicas importantes, especialmente si se refieren a la normativa aplicable, aparte del correctivo oportuna el colegiado firmante, el servicio de visado del Colegio debería sufrir unas duras consecuencias -proporcionales al incumplimiento del cometido que le ha confiado el Estado y que justificó su obligatoriedad.
[b] Por parte de los propios colegiados, que deben presionar a sus cúpulas directivas y renovarlas periódicamente para evitar que sus integrantes se conviertan en profesionales del cargo.
Los Colegios Profesionales, la Edad Media metida en pleno Segundo Milenio. ¿Por qué ha de colegiarse un abogado, medico... y no un fontanero? Para controlar la labor de los profesionales existe la Ley, que dispone sus infracciones y sus sanciones. Y para eso están los Jueces, para perseguir los actos ilegales. Los Colegios son una maquina de sacar dinero a los colegiados (un dineral por colegiarte, un dineral de cuotas, otro dineral por las cuotas extraordinarias...) ¿Y a cambio que te dan? Respuesta: una revista (que cuesta un dineral hacerla). Colegiacion VOLUNTARIA
¿Cuanto apostamos a que los que más jaleo aman son los del Colegio Sindical (Vertical) de Adnibistradores e Fincas?