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Atacan una obra de Gauguin al grito de "es maléfica"

El visitante trató de arrancarlo y llegó a golpearlo. Ya ha comparecido ante los tribunales.

5326 dijo el día 5 de Abril de 2011 a las 09:57:

La atacante se llama Susan Burns, los visitantes dijeron que sintieron mucho miedo.

No es un nombre de origen árabe. Los visitantes sintieron miedo (!!!), por una mujer loca (loca...?) que gritaba poseida por el diablo (o por otra cosa igual de diabólica). Tremenda muestra del miedo que existe en la sociedad. Hace sólo una década, antes del 11 de septiembre, la habrían reducido tranquilamente sin más escándalo. Hoy no. Nos sentimos desprotegidos, sabemos que cualquiera puade empezar a gritar y acabar explosionando un cinturón bomba en el nombre de Alá.

Se llamará Burns, pero me huele a ataque islamista. Individual, pero islamista. Llevo tiempo avisando a todos mis conocidos pro-islamistas, que son demasiados, y son todos aquellos que ven en el islám simplemente una religión con derecho a establecerse entre nosotros, de que veremos pronto ataques a pinturas religiosas o de figuras desnudas. Son INCOMPATIBLES con su religión. Y el Islám tiene, entre otros mil, el problema de su total intolerancia.

Ahora, el problema que pueden tener las autoridades americanas, es el de explicar lo ocurrido sin mencionar nada que relacione al Islám. Y ésto es lo que está pasando desde hace un tiempo en occidente. Ninguna noticia que salpique al Islám.

Aprovecho para preguntar si alguien sabe algo sobre las intenciones de Rajoy acerca de la islamización de Europa y de España. Ni una palabra!. Y es un problema menos visible que el paro, pero de consecuencias catastróficas para todos, y sobre todo para nuestros hijos.

ulisesga dijo el día 4 de Abril de 2011 a las 21:26:

Pues si, hay cosas que según a quien le pueden resultar escandalosas y pueden cambiar la vida de las personas, para mal o para bien.

Existe lo que los psicologos llaman el "sindrome de Stendal", que envuelve y se apodera de muchos que se meten bajo una catedral y llega un momento que son absorbidos por una magia o una gracia especial que puede hacer llorar y sentirse miserablemente diminuto o inmensamente dichoso ante tanta grandeza.

Le ocurrió a un arquitecto chino (no recuerdo el nombre) que admirando la Catedral de la Sagrada Familia de Barcelona de Gaudi (en construcción entonces) se vió envuelto en este estado inimaginable que cambió su vida haciendo incluso que buscara hacerse bautizar, le cambió la vida.

Tambien le ocurrió a Andrè Frosard, calificado como el ateo perfecto a quien los medicos diagnosticaron que tenía la "enfermedad de la gracia", que posteriormente fue premio nacional de literatura con el libro "Dios existe, yo me lo encontré".

En fin, que no es de extrañar que alguien con la misma sintomatología haya visto en este cuadro algo de provocación o incitación para si y para los demás, sintoma evidente de que la sociedad actual en los cinco Continentes necesita un cambio unos valores diferentes o actualizados a los tiempos que corren.