El alborozo tras ganar CiU las elecciones catalanas se ha transformado en desánimo y desconfianza en la llamada derecha mediática porque a Mas le mola más Zapatero que Rajoy.
El Mundo está enfadadísimo con el "acuerdo suicida" entre el PSC y CiU, pero a quien le pone fatal las cosas es al PSOE. "Los socialistas catalanes" asumen "sin rechistar los postulados nacionalistas (...) El despeñadero político por el que se está deslizando el PSC resulta incomprensible" y el pacto consiste, básicamente en "rebelarse contra el Tribunal Supremo (...) Por increíble que pueda parecer, Montilla sigue al frente del PSC tomando las decisiones" y "la pulsión suicida de esta formación resulta inaudita (...) El pacto con CiU será letal para el PSOE".
También a ABC le parece que "Mas empieza mal" porque "la opinión pública contempla con lógica decepción" el acuerdo con el PSC para blindar la inmersión lingüística en "abierto desafío" al TS. Está el periódico de Vocento desconsolado porque no había caído en que CiU es nacionalista y tiene que descubrirlo por Navidad. "En lugar de buscar acuerdos ambiciosos, para luchar contra la crisis económica (al PP, se refiere, claro) prefiere lanzar guiños al nacionalismo radical con el auxilio de su principal adversario electoral". De locos.
También le dedica un editorial a Zapatero y no para felicitarle las fiestas, precisamente. "Arrebato postrero de sinceridad", titula. "Tan sorpresivo gesto de lucidez es propio de las despedidas, que en política se expresan a veces con discursos insólitamente veraces y honrados" pero Zapatero "tiene responsabilidades que no le permiten instalarse entre la melancolía y la despedida". Ni un hipido, le dejan, caramba.
La Razón no está mucho más animada. El acuerdo entre CiU y PSC "suscita incertidumbres" y es "preocupante" que Mas apuntale a Zapatero. "Los primeros pasos de la nueva administración catalana han sido poco tranquilizadores". La Gaceta advierte también al PSOE. "El acuerdo PSC-CiU ha sido recibido en Moncloa como si llegara Papá Noel (...) Pero el regalo puede estar envenenado" porque "acentúa el malestar en el PSOE, con los barones revueltos y cada vez mas quemados".
El País le quita hierro al asunto. "No ha pasado de ser un acomodo para la investidura. Al menos eso dicen los firmantes". No obstante, cree que "el acuerdo es toda una señal de los derroteros que puede tomar esta compleja legislatura" y señala el objetivo de Mas: "La estación final parece llamarse independencia", dice muy lírico.
Pues copiando el lirismo del editorialista prisaico, el cabreo monumental del artisteo por la muerte de la ley Sinde se lllama hoy Javier Bardém, que se deshoga en El País. Llama "ladrones" a los adictos a las descargas por Internet y dice que "roban la débil posibilidad de un futuro laboral con solo apretar un botón. Dejémonos de estupideces: eso es robar. Es la orgía del crimen, la bacanal de violaciones a terceras personas. Pero ya no hay ley que proteja al que se le ha robado. Ahora abraza al ladrón".
Y en Público Isaac Rosa le amarga la Nochebuena a Zapatero con un artículo demoledor. "En la cuesta abajo del presidente Zapatero ya sólo le faltaba empezar a aznarear con su sucesión (...) Que Zapatero empiece a hacerse el misterioso con su futuro y encima convierta su candidatura en un asunto íntimo, es mala señal. Puede quedar en una gracieta, pero ni los ciudadanos ni los militantes socialistas están para bromas". Buff, cómo están los amigos de Zapatero. Pero la cosa no acaba ahí. "Mientras el dedo de Aznar repartía gloria, el de Zapatero apuntándote sería como una pistola que garantiza la muerte política (...) Muchos en su partido esperan que tenga el detalle de dirigir ese dedo contra sí mismo, apoyando en la sien, y complete el suicido político con una derrota que hará las cosas más fáciles a los que vengan detrás". Zapatero, cambia de amigos. Y de partido. Y de país.