Para paliar este gravísimo problema, la fundación Alternativas propone adoptar el modelo francés, con un organismo presidido por el propio presidente del gobierno que coordine todas las ayudas al sector, dado que el cine “es un asunto de interés nacional”.
Los más de cien millones de euros procedentes del bolsillo de todos los contribuyentes que el gobierno entrega a los cineastas españoles es, para el autor del informe, claramente insuficiente. A pesar de esa supuesta racanería de Zapatero, Antonio Saura, productor y responsable del estudio, aclara que nuestro cine "no está nada mal en cuanto a talento, calidad y originalidad”. Sin embargo estas virtudes, al parecer evidentes, no son suficientes para que sea reconocido como se merece en el exterior ni, lamentablemente y según todos los indicios, para que los empresarios y trabajadores del sector puedan vivir dignamente del fruto de su esfuerzo sin recurrir al bolsillo ajeno.
La clave para este órgano de ideas del PSOE es acumular todas las acciones estatales a favor del cine en una sola oficina presidida por Zapatero, pues la disparidad de ayudas, que como riachuelos nutren el caudal principal destinado a la industria cinematográfica, hace que se pierdan esfuerzos que podrían ser más rentables de forma unificada. Otra de las propuestas del documento consiste en permitir ayudas estatales a empresas privadas en el extranjero que promocionen las películas españolas, tal y como hace el estado francés.
En el año 2008, la penetración del cine español en el mercado norteamericano fue de sólo el 1,4 por ciento, lo que nos sitúa en cuarto lugar en el conjunto de películas de origen europeo. A la vista de este dato, el autor del informe concluye que nuestro cine "no juega la Champions League, pero sí la UEFA".